LA UNIVERSIDAD DEL MAL
Este es el título de uno de los capítulos del libro “No nacimos pa semilla” de Alonso Sa
lazar. Contrario a lo que la primera intuición pudiese indicar, el texto no se refiere propiamente al sistema educativo ni a la academia, sino que describe de manera fascinante una de las grandes contradicciones de nuestro tiempo: cárceles que no resocializan, sino que crean ecosistemas del crimen y que vulneran la dignidad que caracteriza nuestra concepción de ser humano.
Tal es el caso de Bellavista, un centro penitenciario que combina condiciones de hacinamiento inimaginables con una dosis de cultura de la ilegalidad y de imperio de las or- ganizaciones delincuenciales. De este modo, nos encontramos ante un espacio, financiado por nuestros impuestos, que corroe dos conceptos que supuestamente consideramos fundamentales e indiscutibles: los derechos humanos y la ley.
Diversas sentencias de la Corte Constitucional, trabajos periodísticos e informes de organizaciones no gubernamentales han prendido las alarmas desde hace años. Bellavista no solo no está cumpliendo su rol en la sociedad sino que, tal como ocurre con un salvavidas inexperto e inseguro, termina por hundir al ahogado mientras lucha por su propia supervivencia.
El problema de Bellavista y nuestros centros penitenciarios no es solo de infraestructura y capacidad. La situación va más allá de la teoría de las ventanas rotas; en realidad el punto crítico es el fondo, el modelo de resocialización y justicia que hay detrás.
Nuestras cárceles no nos garantizan ciudadanos íntegros y participativos. Desde allí se extorsiona, se mueve el microtráfico y se hacen o rompen alianzas entre bandas. Nuestros centros de reclusión generalmente forman y afianzan toda clase de delincuentes y - lejos de invitar reincorporarse a la sociedad- profundizan una ruptura entre el delincuente y los valores de la sociedad civil. ¿Qué tan atractiva para ellos será una legalidad que permite la violación continua de sus derechos humanos?
En realidad el punto crítico de Bellavista es el fondo, el modelo de resocialización y justicia que hay detrás.