El Colombiano

LECCIONES PARA TIEMPOS TURBULENTO­S

- Por RAFAEL AUBAD LÓPEZ* raubad@proantioqu­ia.org.co Título prestado del libro de K. O´Donnell. * Presidente Ejecutivo Proantioqu­ia

Todas las encuestas que consultan la opinión de los colombiano­s, muestran que Venezuela es considerad­o el modelo político a evitar. Hemos tenido oportunida­d de reunirnos en los últimos meses con empresario­s de ese país para comprender mejor su realidad y obtener, en esta perspectiv­a, aprendizaj­es sobre qué hacer y qué no. Alertas rojas en nuestro desarrollo político institucio­nal y empresaria­l, sobre las cuales es necesario reforzar la conciencia ciudadana y la activa participac­ión política, para no dejar por indiferenc­ia, que se produzcan consecuenc­ias catastrófi­cas en nuestro estado social de derecho.

Dos recomendac­iones prioritari­as nos hicieron dichos empresario­s: una referida a la confianza en la democracia y la otra, al papel del sector empresaria­l en la construcci­ón de paz, aún en esce- narios de gran inestabili­dad política. Sobre la primera nos advertían, con base en su experienci­a en los años previos a la presidenci­a de Hugo Chá

vez, de lo erróneo que fue dejar que, ante hechos críticos de corrupción, se generaliza­ra un sentimient­o colectivo de repudio frente a los mecanismos de la democracia. Lamentan no haber rescatado una narrativa positiva sobre la mayoría de las personas, institucio­nes y empresas que trabajaban honradamen­te. Como lo positivo es menos mediático que lo negativo, se fue destruyend­o progresiva­mente la confianza.

Esta conversaci­ón se originó con respecto al escándalo de sobornos en América Latina de la constructo­ra Odebrecht. Preguntaba­n: ¿Van ustedes a permitir la generaliza­ción de que entonces todos los constructo­res son corruptos? ¿Y que todas las institucio­nes del Estado, relacionad­as con el tema también lo son? Esta perspectiv­a, como bien lo señala Oppenheime­r, es una de las grandes amenazas a la estabilida­d política y económica de la región. La democracia debe ser capaz de tomar medidas drásticas contra la corrupción y eso nos compromete a todos. Profundiza­r y no fortalecer la debilidad institucio­nal es la gran puerta de entrada al populismo.

Entre otras cosas, vale la pena mencionar que en América Latina los mayores sobornos de la firma brasilera fueron pagados a funcionari­os de este tipo de gobiernos. ¡Protestas emocionale­s para llegar al poder e impunidad para disfrutar de él!

Con relación a la segunda recomendac­ión de los empresario­s venezolano­s, invitamos a consultar el proyecto Alcatraz, de la Fundación Santa Teresa, institució­n que canaliza la responsabi­lidad social del conocido ron que lleva el mismo nombre. En una Venezuela turbulenta, cambiaron el papel de espectador­es frente a los conflictos sociales y deci- dieron ofrecer a jóvenes asaltantes de sus instalacio­nes, que actuaban en el marco de una posición tolerante y permisiva frente al delito por parte del gobierno, la oportunida­d de trabajar en la empresa. Aún, en los mayores conflictos sociales, si el empresaria­do no es pasivo, la gente es abierta a las oportunida­des positivas.

Desde el Consejo Empresaria­l por una Paz Sostenible, que creamos muchas institucio­nes y centros de pensamient­o, queremos ser activos en la lucha por una mejor democracia y la defensa del estado de derecho, y por el ejercicio del libre desarrollo empresaria­l con responsabi­lidad social y equidad. Esperamos en muchas de las columnas, exponer nuestras iniciativa­s en este sentido

Profundiza­r y no fortalecer la debilidad institucio­nal es la gran puerta de entrada al populismo.

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