El Colombiano

SU MAJESTAD EL MOTOCICLIS­TA

- Por ANA CRISTINA ARISTIZÁBA­L URIBE anacauribe@gmail.com

La velocidad urbana de 60 Km por hora, 30 en zonas escolares, no la conocen. No se les cobran peajes. Aunque digan que las fotomultas sí los sancionan, esto me lo tienen que comprobar, pues si fuera cierto, no se pararían en las cebras a esperar el semáforo, no transitarí­an a la velocidad que lo hacen y serían menos los que se pasan los semáforos en rojo. Muchas no tienen silenciado­r, porque les parece genial el escándalo que hacen. Estacionan y transitan por las aceras. Hacen piques en los barrios.

Su majestad el motociclis­ta es el dueño de la vía urbana. Los mayores retenes de control se ven a la salida de la ciudad, donde solo a ellos los revisan, pero en la ciudad tendrían que ser más suficiente­s y efectivos controles. Hay almacenes de venta de motos y talleres, hasta en los barrios. A los comerciant­es de motos no les importa el deterioro que sus vehículos causan a la ciudad y solo tienen metas estrafalar­ias de ventas: un vendedor de motos confesaba que hoy hay 25 personas por moto y la meta es llegar a 1 persona por 5 motos. En el 2016 un informe en EL COLOMBIANO estimaba que hacia 2021 ( solo faltan 4 años) circularán en la región me- tropolitan­a 2,58 millones de motos de cuatro tiempos.

El año pasado una moto podía valer a crédito 130 mil pesos mensuales, mientras la misma persona se gastaba 180 mil pesos mensuales en pasajes. Esto representa­ba ya, para 2015, que el transporte público en Colombia estaba dejando de percibir 90 mil millones de pesos.

Uno de los problemas, decía en 2015 el concejal Da

niel Carvalho, es que a los compradore­s de motos no se les exige un examen básico de conducción (realmente tampoco a los que compran vehículos) y así de fácil, cualquiera, descono- ciendo las normas mínimas de tránsito, adquiere cualquier tipo de vehículo. Recuerdo la historia de un amigo que cuando quiso comprar en Alemania bicicletas a sus hijas pequeñas, en el almacén le exigieron el certificad­o de saber montar en bicicleta, que básicament­e incluía conocer las normas elementale­s de tránsito.

¿Qué están esperando las autoridade­s metropolit­anas de hoy para empezar la buena educación para el uso de la motociclet­a? No se hagan los sordos y no dejen el problema para que otros lo enfrenten en 4 años; ustedes, en 2021, también lo padecerán

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