Mauricio Macri enfrentó su primera gran marcha sindical
Argentina vive una semana de movilizaciones y marchas. Hay descontento general.
En Argentina hay una frase que se escucha muy a menudo en cafés, calles y casas: “aquí se va a armar el quilombo”. La usan para decir que todo va a explotar, que se armará un gran lío y casi siempre se refiere a la política y la economía que tienen tan atravesada en sus vidas, tanto como el conflicto para los colombianos.
Por eso era particular que el actual presidente Mauricio Macri hubiera tenido 15 meses de tranquilidad, es decir, sin que los sindicatos que en Argentina representan el poder tras el poder, hubieran hecho una gran marcha en su contra.
Esta semana, sin embargo, se rompió esa luna de miel y las principales centrales obreras de Argentina, entre ellas la Confederación General del Trabajo, la más grande del país, salieron a las calles de Buenos Aires para protestar por el ajuste económico del Gobierno, en una marcha multitudinaria que detuvo la ciudad.
La movilización coincidía, además con el segundo día de huelga general de maestros que exigen una mejora en sus salarios y sirvió como termómetro de un nuevo tipo de relación entre el Gobierno actual y los sindicatos a los que Macri, consciente de su poder, puso de su lado en 2016.
Para lograrlo, el presidente no solo firmó un pacto con empresarios en el que se comprometía a evitar despidos, sino que además destinó recursos para las prestaciones sociales de los sindicatos y aprobó negociaciones salariales cercanas a la inflación, que fue del 40 % en 2016.
Deterioro
Sin embargo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), el desempleo llegó al 9,3 %, mientras que otras estimaciones señalan que la caída en el poder de compra de los salarios de entre el 6 % y el 10 %, hicieron que las bases de los sindicatos presionaran a sus directivos para adoptar una actitud más frontal contra el Gobierno y no darle más espera.
“Con el deterioro del salario y la inflación, muchos trabajadores cobraron a lo largo del año un mes menos. Se fue
generando un descontento, incluso e los votantes de Macri y la CGT hizo una especie de colchón amortiguando el malestar, sin llamar a paro, pero acá hay una olla a presión”, dijo a EL COLOMBIANO el analista político y profesor de Sociología de la Universidad de Buenos Aires, Carlos de Angelis.
Durante la marcha fue tal la tensión que al finalizar, los