¿Contamina más la gasolina de Medellín?
La Alcaldía pidió a Ecopetrol mejorar la calidad de sus combustibles, como principal medida para enfrentar la contingencia ambiental. ¿Es la solución?
La actual contingencia ambiental que sufre el Valle de Aburrá revivió el debate sobre la calidad de los combustibles que se comercializan en el área metropolitana. El mismo alcalde Federico Gutiérrez le escribió al presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry, para pedirle mejorar la calidad de la gasolina de 300 partes por millón de azufre (ppm) a 50 ppm y el diésel pasarlo de 50 ppm a 10 ppm.
Esos niveles que ya fueron implementados en muchos países del primer mundo, en Colombia son tema de debate, pues no existen las refinerías para lograrlo, ni las leyes para hacerlo cumplir. En Estados Unidos y la Unión Europea, por ejemplo, la ley exige entre el 30 y 10 ppm para estos dos combustibles, mientras la Organización Mundial para la Salud (OMS) pide un máximo de 10 ppm. Sin embargo, Ecopetrol cumple con los mínimos nacionales que son 300 para gasolina y 50 para diésel.
Estos límites son establecidos por las resoluciones 1180 de 2006 para gasolina y 9 0963 de 2014 para el diésel, de los Ministerios de Ambiente y de Minas.
Fuente de emisión
Estudios del Área Metropolitana y otros organismos y universidades establecen que el 80 % del material particulado en el Valle de Aburrá es emitido por fuentes móviles, es decir camiones (36 %), volquetas (22 %), motos (23 %), buses (10 %) y autos (6 %).
“Independiente de cómo esté la normatividad, el llamado es a repensar la estrategia a la luz de nuestra región, pues somos los que estamos poniendo la salud de los habitantes en riesgo. Necesitamos combustibles con un contenido ultra bajo de azufre, menos de 10 ppm”, dice María del Pilar Restrepo, subdirectora Ambiental del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
En los años 90, en Medellín se comercializaba diésel de 4.500 ppm. “A raíz del pacto por la calidad del aire, Ecopetrol adelantó en 2 años un mejor suministro de calidad de combustible. Ahora le hacemos nuevamente el llamado para que revise esa calidad,
teniendo en cuenta las condiciones topográficas, el Valle encerrado en montañas, la situación de contingencia atmosférica en épocas de transición de periodo seco a lluvioso, cuando es más difícil la liberación de contaminantes, y donde el 40% del parque automotor necesita una reconversión tecnológica”, argumenta Restrepo.
Según Carmen Elena Zapata Sánchez, jefe del laboratorio Calaire de la Universidad Nacional, gran parte del material particulado que respiramos son sulfatos que provienen del SO2 (dióxido de azufre) y SOx (óxidos de azufre) que provienen de la quema de gasolina y diésel, y que son los que más afectan la salud.
“Todo ese material particulado es el que entra al pulmón, pasa al torrente sanguíneo y produce enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, además de las respiratorias”, dice Sánchez