El azufre en combustible no es el único factor
La Alcaldía debió enviar esta carta con copia a los Ministerios de Ambiente y Minas, que son los que emiten las resoluciones que obligan al cumplimiento de calidad de los combustibles en Colombia. Ambos ministerios están actualizando esas resoluciones y es el momento para que estas entidades tengan en consideración las contingencias ambientales del Valle de Aburrá. En la carta deberían haber solicitado la reducción de contenido de poliaromáticos y de la T95 en el combustible diésel, que son los que más afectan la formación de material particulado. Solicitar la reducción del benceno, que son cancerígenas o genotóxicas incrementan las enfermedades pulmonares y sus pueden ir directamente a la sangre. También se debe disminuir la presión de vapor para evitar la pérdida de partículas al ambiente. En cuanto al azufre en concentraciones de 15 ppm ya lo han impuesto Estados Unidos y la comunidad europea. La contingencia del área metropolitana debería convertirse en elemento clave para exigir la entrada al país de vehículos con mayor nivel de reducción de emisiones, con motores más nuevos y menos contaminantes que exigen contenidos de azufre de 10 o 15 ppm. La exigencia de calidad de combustible va de la mano con la autosuficiencia energética nacional, para nadie es un secreto que la tecnología de la planta petroquímica de Barrancabermeja es obsoleta y por tanto su capacidad de refinar combustibles de elevada calidad es muy limitada. Combustibles más limpios son: menos problemas de salud y ahorro de dinero público. Es vital que se hagan efectivas todas esas alternativas, además de solicitar con justa causa el mejoramiento de la calidad del combustible.