No basta el dólar a $3.000 para que país exporte más
Menor demanda, costo país, bajos volúmenes de producción, barreras para vender más manufacturas al mundo. Así se evidencia en la Macrorrueda 65.
Con la confianza de incursionar en nuevos países con productos diferentes a los mineroenergéticos, y de paso aprovechar una tasa de cambio favorable cercana a 3.000 pesos para este año, surge una pregunta: ¿por qué Colombia no exporta más manufacturas?.
Estas cayeron 8,9 % en los últimos 12 meses a enero. Sumaron 7.525,2 millones dólares frente a 8.257,1 millones de dólares registrados en igual lapso a enero de 2016.
Frente a la pregunta, la ministra de Comercio, Industria y Turismo, María Claudia Lacouture, dijo ayer a EL COLOMBIANO que las exportaciones no dependen solo de la tasa de cambio.
“Hubo una contracción fuerte en la demanda internacional por la caída de las materias primas, pero ya vemos un repunte para 2017. Además, tras seis años de trabajo ya exportamos a 23 nuevos países”, comentó la funcionaria durante la primera jornada de la 65 Macrorrueda de Negocios de ProColombia, en Bogotá.
Según el presidente de esta entidad promotora de exportaciones, Felipe Jaramillo, la carretera está pavimentada, con acceso a más de 1.700 millones de consumidores,
“Hemos eliminado muchas barreras que impedían exportaciones, pero aún nos falta cultura exportadora. Que la industria colombiana le apueste desde su origen a los mercados globales, independiente de si es una pyme o gran empresa”, señaló.
Según el Gobierno, la apuesta para lograr el objetivo de una nueva oferta exportadora pasa por el potencial nacional en agroindustria, sistema moda, metalmecánica, química e industrias 4.0 (uso de nuevas tecnologías).
A su turno, Javier Díaz Molina, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), manifestó que la baja demanda se origina por mercados internacionales debilitados. “La caída de las materias primas afectó también a países a los que exporta Colombia, como Ecuador, Venezuela, Perú, México y Chile”.
Y a esas razones expuestas desde la orilla pública y privada
se suma una más: los empresarios colombianos han preferido vender en el mercado nacional, mientras el externo se reactiva.
Otros tropiezos
De otro lado, una situación relevante en esta radiografía nacional exportadora es la lenta reducción de barreras del comercio exterior, todavía con un costo país que interfiere a la hora de venderle al mundo.
Por ejemplo, hay un muy lento desatraso en infraestructura, demoras en la reactivación del Plan Vallejo (preferencias arancelarias) y en la aplicación de normativas en zonas francas. “Son procesos demorados, pero hay que reconocer que disminuir estos
costos ocultos requiere su tiempo”, agregó Díaz Molina.
Si bien los volúmenes exportados en productos no mineroenergéticos aún son bajos, se debe mejorar en logística con la red de frío y en tomar la asociatividad como solución para generar cantidades interesantes para el mercado internacional.
En este sentido, las comercializadoras junior son una alternativa para que el pequeño y mediano empresario se dedique a lo que sabe hacer y no se desgaste en cómo internacionalizar sus ventas. Al tiempo, estos intermediarios generan los volúmenes necesarios para exportar.
Finalmente, la diversifica-
ción de destinos debe continuar ante la dependencia de Estados Unidos, que se queda con 30 % del valor exportado, justo cuando el presidente Donald Trump tiene política nacionalista.
Así las cosas, no el dólar deja de ser una variable definitiva para mayores exportaciones. El país tiene que hacer ajustes, si quiere protagonismo en el comercio internacional
* Invitación de ProColombia