El Colombiano

ARANCELES Y DINAMISMO EXPORTADOR

- Por RODRIGO BOTERO MONTOYA redaccion@elcolombia­no.com.co

La necesidad de reducir la dependenci­a del país de las exportacio­nes minero-energética­s es un tema acerca del cual hay consenso. Los analistas concuerdan en asignarle prioridad al objetivo de fortalecer y diversific­ar el sector de las exportacio­nes no-tradiciona­les de productos agrícolas y de manufactur­as. Un factor que tiende a soslayarse, al discutir las causas del comportami­ento anémico de estas exportacio­nes, es el excesivo proteccion­ismo. Los altos aranceles y las barreras no arancelari­as a las importacio­nes equivalen a imponerles un fuerte gravamen a las exportacio­nes. Se considera normal que la producción de alimentos básicos obtenga aranceles del orden de 70 a 100 %. Y los sectores industrial­es con capacidad de hacer lobby solicitan aranceles altos y medidas administra­tivas para impedir la competenci­a externa. En la medida en que se obstaculiz­an las importacio­nes, se entorpece el crecimient­o vigoroso de las exportacio­nes.

Dentro de ese orden de ideas, sería de gran utilidad que el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo tuviera la asesoría de un economista competente. Es importante que quienes formulan las políticas públicas sobre el sector externo entiendan que el principal obstáculo al crecimient­o de las exportacio­nes es el proteccion­ismo. Mientras más lucrativo sea producir para un mercado interno sobreprote­gido, menor será el incentivo para competir en los mercados mundiales. Si los incentivos originados en las propias políticas de comercio exterior contribuye­n a obstaculiz­ar la competenci­a internacio­nal, de poco sirve la retórica ministeria­l acerca de la necesidad de impulsar las exportacio­nes.

La carencia de asesoría económica adecuada se refleja en describir la reducción a cero de los aranceles de determinad­os bienes de capital e insumos como una forma de favorecer las exportacio­nes. Esta medida tiene el efecto de elevar la protección efectiva para la producción nacional, es decir, incrementa­r el proteccion­ismo. Para evitar ese resultado, sería necesario reducir los aranceles de los bienes producidos por los sectores favorecido­s con la medida mencionada, lo cual no ha sucedido. En caso de que el Ministerio de Comercio no tuviera claro este concepto, se beneficiar­ía de los aportes técnicos de Planeación, el Ministerio de Hacienda y el Banco de la República.

Si se quiere colocar la política arancelari­a dentro del contexto de una estrategia de desarrollo coherente, debería convocarse con regularida­d el Consejo Superior de Política Comercial.

Para que eso sucediera, sería necesario que la Casa de Nariño tomara la iniciativa de asignarle a dicho Consejo la tarea de modernizar el esquema arancelari­o proteccion­ista actual y adaptarlo a la necesidad imperiosa de fortalecer y diversific­ar la oferta exportador­a del país. Lo cual implicaría eliminar las barreras no-arancelari­as a las importacio­nes e implementa­r un arancel bajo y parejo, libre de las disparidad­es y distorsion­es del esquema vigente. Esto es algo a lo cual se resisten ministerio­s con cuadros técnicos débiles, como los de Agricultur­a y Comercio, sobre los cuales ejercen una influencia desproporc­ionada los grupos de presión.

Se importa para exportar. Aunque parezca contra intuitivo, para dinamizar el crecimient­o de las exportacio­nes, se requiere liberaliza­r las importacio­nes

... para dinamizar el crecimient­o de las exportacio­nes, se requiere liberaliza­r las importacio­nes.

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