SOBRE CONTAMINACIÓN POR IMPUESTOS
Estación La gallina de los huevos de humo, rellena de motos de dos y cuatro tiempos, carros particulares (muchos con los vidrios polarizados y más oscuros de la cuenta), taxis redondos y cuadrados, buses fuera de control, camionetas 4x4, camioncitos de reparto, camiones con motores en V-8, tractomulas de peaje caro, gente acelerando en primera y frenando para no darle al otro por detrás o evadir un hueco mal tapado (lo que llena el aire de partículas móviles de caucho y brea), trancones y pitidos, movilidad lenta (la más contaminante), y muchos impuestos caminando, pues cada uno paga su dinero para cubrir seguridad, tenencia, humo, parqueo etc., lo que convierte a todos estos elementos contaminantes en una entrada grande en impuestos a partir del consumo de gasolina de mala y buena calidad (muy poco usada), ACPM y váyase a saber qué más hidrocarburos enanos que contienen hasta átomos electrizados en desorden, muy propicios para estimular nubes y crear aguaceros demenciales.
Nuestros gobiernos son alcabaleros (palabra árabe que significa sacar impuestos de donde sea) y, a falta de industrias grandes (vendimos nuestra cuota de humo bajo el eufemismo de control al medio ambiente) y empresas que creen una economía fuerte con empleo pleno, los impuestos provienen en su mayoría de los pequeños gastos (IVA), la posesión de algo móvil o fijo y de los consumos obligatorios y diarios. Y en este punto es donde, para estabilizarse fiscalmente, los hidrocarburos son la hueverita, pues no solo dan dinero al Estado por su consumo sino también por la posesión del aparato. Así, a más vehículos y gasolina, más entradas para suplir las necesidades de una ciudad envuelta en humo y en polvo del desierto, como les ha dado por llamar a lo que desprenden las construcciones y reconstrucciones. ¡Ugh!
El problema de la contaminación ambiental creciente, en- tonces, no se va a resolver con días sin vehículos, montar en bicicleta tragando un aire enrarecido y menos con la conciencia de unos ciudadanos que, faltos de un transporte masivo eléctrico y barato que cubra los cuatro puntos cardinales de la ciudad, tienen que moverse de un lado a otro por un berenjenal de calles estrechas y repletas, produciendo humo y ruido, incidentes y accidentes. La solución es otra. La primera es que la ciudad, debido a su ubicación geográfica, no puede seguir creciendo de manera vertical, pues a cada edificio la densificación de personas y vehículos es más alta. La segunda, que es necesario fomentar la creación de industrias en parques industriales en las afueras de la ciudad, que generen un buen empleo y, en consecuencia, buenos impuestos. Y la tercera, que la contaminación es un problema y no realismo mágico.
Acotación: Gobernar en la pobreza y el desorden, es algo que nunca se ha podido. La palabra gobierno, que por estas tierras incita al alcabalismo, se define como el uso adecuado de recursos con personas debidas y en un espacio limitado que se pueda manejar, poner a producir y hacer habitable. Si se hace lo contrario, cualquier intento de gobierno es desgobierno y ahí pasa que los huevos de humo resultan siendo el acabose
El problema de la contaminación ambiental creciente, entonces, no se va a resolver con días sin vehículos.