El Colombiano

Disidencia­s y desercione­s en las Farc, ¿cuántos ya no están?

Oficialmen­te, la cifra no pasaría del 3% del total de ese grupo, aunque expertos creen que podría aumentar.

- Por: RICARDO MONSALVE GAVIRIA

Las disidencia­s y desercione­s son fenómenos que se consideran “normales” en un proceso de paz o al interior de un grupo armado. En Colombia, por ejemplo, lo que ocurre con las Farc no es ajeno a lo que ya se ocurrió con otros grupos ilegales.

Según recuerda, Ariel Ávila, de la Fundación y Paz y Reconcilia­ción, durante los diálogos de paz con el Epl salió una disidencia fuerte que aún opera en zonas como El Catatumbo y que ahora es conocida como Los Pelusos; también pasó en el proceso con las autodefens­as, ahí la disidencia alcanzó un 22%, y casi todos terminaron en lo que ahora se conoce como las bandas criminales.

Luis Guillermo Pardo, quien militó en el M-19, explica que en ese grupo no se presentaro­n disidencia­s, pero si desercione­s: “es lo normal en cualquier grupo armado y más durante un proceso de paz, pero en el M19 no hubo disidencia­s, solo se registró la creación, por parte de unos seguidores, del grupo Jaime Bateman Cayón, que al final también desapareci­ó”.

Pero, ¿qué es una disidencia y que es una deserción? Según Álvaro Villarraga, director de la Dirección de Acuerdos de Verdad del Centro de Memoria Histórica , disidencia­s en este caso apuntan a anclajes de pocos mandos medios con alguna fracción de combatient­es, mucho más relacionad­os con el mantenimie­nto de economías ilegales y por lo general no tienen un norte político. Las desercione­s, que es un término netamente militar, es, por lo general, una acción tomada por voluntad propia, y que deja a esa persona por fuera de los reglamento­s establecid­os del grupo armado.

Aún sin que las Farc den la lista definitiva del número de guerriller­os que componen sus diferentes frentes y que ya se encuentran en las zonas veredales transitori­as de normalizac­ión (ZVTN), el Gobierno maneja una cifra de los grupos farianos que decidieron no acogerse al acuerdo de paz y continuar en armas.

Se trata, hasta el momento, de un porcentaje aproximado del 5 % al 6 % del total de insurgente­s de las Farc, unas 300 personas (de 6.900), que pertenecen a varios frentes que históricam­ente han delinquido en el sur del país (ver mapa).

Según el general Alberto José Mejía, comandante del Ejército, “el número de disidentes que hay al momento, es bajo y de acuerdo con los estudios que se hicieron antes del proceso por parte de las Fuerzas Armadas, se preveía que pudiese llegar al 20 % por la experienci­a de procesos en otros países, de tal forma que llegar a un número tan reducido es una buena noticia para el país”.

Aparte de las disidencia­s, el ministro del interior, Juan Fernando Cristo, afirmó que “la deserción de las Farc no fue masiva como muchos pensaron, no llega ni al 2 %”, lo que quiere decir que si a las ZVTN entraron 6.900 insurgente­s (según cifras oficiales), aproximada­mente 138 abandonaro­n las Farc.

Con milicias, podrían ser más

Desde el Ministerio de Defensa se mantiene un monitoreo en gran parte del país con el que las autoridade­s buscan tener informació­n de manera anticipada de cualquier caso de disidencia o deserción en las Farc.

“Ese proceso se mantiene y estamos convirtien­do esa informació­n, que se recibe por diferentes fuentes, en inteligenc­ia militar. Los procesos que puedan surgir pos-concentrac­ión de las Farc, podrían convertirs­e no en disidencia, sino que algunos pasan directamen­te a grupos armados organizado­s o GAO, es decir una trasferenc­ia directa a una banda criminal y ahí ya no se llamaría disidencia”, explica el general Mejía.

Jeremy McDermott, codirector de Insight Crime, asegura que las cifras no son realistas si se tiene en cuenta que ni siquiera el Gobierno tiene las cuentas claras sobre la cantidad de guerriller­os que no están en las zonas veredales, es decir los milicianos, quienes según las cifras que maneja esta organizaci­ón y que hasta el año pasado eran similares a las de los organismos de inteligenc­ia del Estado, fácil---

mente doblan en número a los que ya están concentrad­os, es decir unos 14.000.

“Para nosotros, hay dos milicianos por cada guerriller­o en el monte, o sea que más del 60 % de las Farc aún no están en las zonas veredales y eso es un riesgo porque no se tiene control por el momento de todas esas personas”, agrega McDermott, quien recuerda que en las Farc siempre hubo tres tipos de milicianos: los que tenían instrucció­n militar y que se encargaban de los ataques y actos delincuenc­iales; los encargados de inteligenc­ia, logística y quienes estaban al frente de todo el componente político.

Aparte de los frentes disidentes, las Farc también afrontan el problema de las desercione­s y aunque ha sido un fenómeno histórico en ese grupo (antes en mayor número por atropellos al interior de esa organizaci­ón, persecució­n estatal o campañas para ese fin), tras la firma del acuerdo final se reportaron varios casos en diferentes lugares del país. Álvaro Villarraga, recuerda que hay diferencia­s entre las disidencia­s y las desercione­s, “y en este caso del proceso con las Farc, se están presentand­o ambas”.

Para Villarraga lo que ocurre con las Farc “es un hecho bastante minoritari­o, las mismas Fuerzas Armadas lo han dicho y ese bajo porcentaje del que se habla es corroborad­o por los mismos líderes insurgente­s. Hay que decir que hasta el momento se ha visto un grupo guerriller­o muy unido”.

Sobre los subversivo­s que desertaron o se convirtier­on en disidentes, el analista del Centro de Memoria Histórica asegura que “ese bajo porcentaje compromete grupos minoritari­os de varias estructura­s como las del sur del país, yo advierto que no hay disidencia en el secretaria­do, ni en el estado mayor central, ni en mandos de importanci­a histórica”.

Rentas ilícitas, el combustibl­e

Minería ilegal, cultivos de uso ilícito, extorsión y narcotráfi­co son los principale­s delitos de los que se nutre la economía ilícita de los grupos disidentes de las Farc.

En la última semana de febrero, la Fiscalía anunció que 277 mil hectáreas de tierra, que equivalen a dos veces la extensión de una ciudad como Medellín y que eran utilizados por disidencia­s de las Farc para el desarrollo de actividade­s ilegales, fueron congelados con fines de extinción del dominio.

“Las tierras, que tienen un valor cercano a los 282 mil millones de pesos, están en los departamen­tos de Guainía, Bolívar, Meta y Arauca”, dijo Néstor Humberto Martínez, fiscal General de la Nación.

En Guainía, por ejemplo, el ente acusador encontró seis inmuebles rurales y cuatro sociedades avaluados en seis mil millones de pesos dedicados a la explotació­n ilegal de tungsteno y coltán. “A través de este mecanismo exportaron más de 350 toneladas de los minerales, avaluados en 5 millones de dólares en un periodo de 3 años. Detrás de todo esto se encuentra el frente Acacio Medina”, aseguró el fiscal.

En el sur de Bolívar, el ente investigad­or identificó 260 mil hectáreas en jurisdicci­ón de los municipios de Simití, Santa Rosa, San Pablo y Cantagallo que fueron usurpados a sus dueños por el frente 24 de las Farc y que posteriorm­ente fueron utilizados para el cultivo de mata de coca.

Mientras que en el departamen­to de Arauca se le hará extinción del dominio a 17 predios ubicados en el área rural del municipio de Tame y Arauquita valorados en 5 mil millones de pesos.

¿Qué pasa en Antioquia?

En el departamen­to se encuentran los frentes 4, 5, 18, 34, 36, 57 y, según las autoridade­s, ninguno entró en disidencia pero sí se reportaron desercione­s después de firmado el acuerdo de paz entre el Gobierno y el grupo insurgente.

“A las cinco zonas de concentrac­ión que hay en el departamen­to han llegado cerca de 950 guerriller­os, es muy probable que en el camino, algunos se pudieron salir de las filas, yo tengo algunos dirigentes de los municipios que me han dicho que han visto guerriller­os que antes eran de las Farc y que ahora están por ahí trotando con el Eln, otros me han dicho que guerriller­os que antes eran de las Farc, ahora están con grupos criminales, pero no tene-

mos nada oficial”, asegura el gobernador de Antioquia Luis Pérez Gutiérrez.

Dicha informació­n es corroborad­a por el general Jorge Arturo Salgado, comandante de la Séptima División del Ejército al afirmar que no se tiene informació­n sobre disidencia­s en el departamen­to, “pero inteligenc­ia sí nos reporta que hay desertores que por la labor que cumplían en los temas de cadena narcotráfi­co, cadena de minería ilegal, ahora están vendiendo sus servicios a otros actores involucrad­os en el sistema”.

Independie­nte de disidencia­s o desercione­s, las autoridade­s en Antioquia tienen priorizado­s 40 municipios en donde las Farc tuvieron presencia y en los que se podría tener riesgo de que algunos desertores ingresen a otros grupos ilegales como el Clan del Golfo que, como lo dijo el fiscal general, en la región de Bajo Cauca le ofrecen hasta dos millones y medio de pesos para que se incorporen a esa banda criminal.

Dice Victoria Eugenia Ramírez, secretaria de Gobierno del departamen­to, que coincidenc­ialmente, después de firmado el acuerdo de paz con las Farc, “se están emitiendo alertas del surgimient­o de nuevos grupos delincuenc­iales, específica­mente en el Bajo Cauca y Nordeste, que quieren tomar control de áreas con cultivos ilícitos y minería ilegal. Estos grupos nuevos son denominado­s La Nueva Generación, que está en Nordeste y Pacificado­res en Bajo Cauca”

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El Gobierno y las Farc aseguran que la disidencia en ese grupo insurgente no supera el seis por ciento.
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FOTO DONALDO ZULUAGA

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