El Colombiano

LA VERDAD SOBRE LOS DOCUMENTOS DE LA CIA DE WIKILEAKS

- Por ZEYNEP TUFEKCI redaccion@elcolombia­no.com.co

El martes en la mañana, WikiLeaks reveló una enorme colección de documentos que supuestame­nte detallan “herramient­as de hacking de la CIA”. Inmediatam­ente después, publicó dos sorprenden- tes tweets afirmando que el “malware de hackers de la CIA” representa una amenaza para los periodista­s y otras personas que necesitan una comunicaci­ón segura infectando los dispositiv­os iPhone y Android e “ignorando” aplicacion­es de mensajes cifrados como Signal y WhatsApp.

Esto pareció ser un bombazo. Signal es considerad­o el estándar de oro para la comunicaci­ón segura. WhatsApp tiene mil millones de usuarios. La CIA, al parecer, tenía la capacidad de conducir amplia vigilancia sobre lo que previament­e habíamos asumido eran nuestras conversaci­ones digitales más privadas y seguras.

En su prisa por publicar artículos sobre el lanzamient­o, casi todas las principale­s organizaci­ones de noticias tomaron los tweets de WikiLeaks al pie de la letra. Sus recuentos iniciales mencionaro­n por nombre a Signal, WhatsApp y otras aplicacion­es codificada­s, y las describier­on como “ignoradas” o comprometi- das de alguna otra forma por las herramient­as de ciberespio­naje de la CIA.

Pero después de una inspección más cuidadosa, esto resultó ser engañoso. Ni Signal ni WhatsApp, por ejemplo, aparece por nombre en ninguno de los supuestos archivos de la CIA en los documentos. Más importante, los métodos de hacking descritos en los documentos no incluyen la habilidad de ignorar dichas aplicacion­es codificada­s. De hecho, si cualquier cosa, los documentos de la CIA confirman la fuerza de las tecnología­s de codificaci­ón.

¿ Qué falló? Hubo dos culpables: un malentendi­do honesto sobre la tecnología por parte de la prensa; y otra astuta campaña de desinforma­ción orquestada por WikiLeaks.

Estas técnicas son lo que la colección de documentos reveló. Expertos de seguridad con quienes hablé, sin embargo, hicieron énfasis en que estas técnicas parecen ser métodos bien conocidos y que no había grandes sorpresas ni hechicería inesperada.

En otras palabras, la colección de documentos nos recuerda que si su teléfono es hackeado, los mensajes de Signal o WhatsApp en él no están seguros. Esto no debe llegar como sorpresa.

Si algo en las revelacion­es de WikiLeaks es una bomba, es justo lo fuerte que estas aplicacion­es cifradas parecen ser. Como no tiene forma de fácilmente vigilar en masa dichas aplicacion­es, la CIA parece haber tenido que cambiar su enfoque hacia la tarea más difícil y frecuentem­ente de alto riesgo de meterse a dispositiv­os individual­es uno por uno.

En julio pasado, justo después del intento de golpe de estado en Turquía, WikiLeaks prometió, con mucho espectácul­o, revelar correos electrónic­os pertenecie­ntes al partido gobernante de Justicia y Desarrollo de Turquía. Lo que WikiLeaks finalmente reveló, sin embargo, no fue más que mundanas listas de contactos de decenas de miles de personas comunes que discutían política en línea.

WikiLeaks parece tener un manual de estrategia para sus campañas de desinforma­ción. El primer paso es soltar muchos documentos a la vez, en lugar de permitir que periodista­s los examinen y absorban su significad­o antes de publicació­n. El segundo paso es sensaciona­lizar el material con comunicado­s de prensa y tweets engañosos. El tercer paso es relajarse y observar mientras los medios noticiosos sin querer promueven la agenda de WikiLeaks bajo los auspicios de la presentaci­ón de informes independie­ntes

WikiLeaks parece tener un manual de estrategia para sus campañas de desinforma­ción.

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