¿FRACASA LA LUCHA POR LA DEFENSA DE LA VIDA DE LOS ANIMALES?
En Francia, ilegales matan un rinoceronte en un zoológico, para cortarle un cuerno y venderlo. En San Salvador, a garrotazos matan al único hipopótamo de El Salvador.
Por la codicia y otras actuaciones irracionales, el humano, el ser más inteligente en la Tierra, no solo parece cada vez más incapaz de proteger otras formas de vida sino que en general acelera su desaparición.
Muchos estudios dicen que sin animales la vida misma de los humanos se vería afectada, pero de poco ha servido para detener la ola de muerte.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza mantiene casi 83 000 animales y plantas en los libros rojos, más de 20 000 en el borde de la extinción.
No pasa un año sin que se reporte una nueva especie o grupo en peligro. De los guepardos quedan menos de 7000 individuos y 75 % de las 31 especies de grandes carní- voros declinan aceleradamente. De 26 millones de elefantes que había en 1800 no hay ni 600 000. Una problemática no solo de lejanos países. Hay casos como la escasa águila arpía muerta en Bahía Solano para cortarle una pata.
En Medellín la presencia de zorros en zonas de El Po- blado indica que la expansión urbana los está acorralando y amenaza su existencia.
Un tema complejo que requiere no solo mayor acción gubernamental e internacional sino educación para la vida, para defender seres que, como los humanos, se han ganado su espacio en el planeta