Conozca cómo moverse con las mascotas en Medellín.
Trasladarse con su perro o gato tiene sus ires y venires, en especial si no tiene vehículo. Hay varias opciones.
Aníbal Ibarra salió una mañana con Lupe, la mascota de la familia, a llevar un carro de Itagüí hacia Bello. Lupe es una hembra Snauzer de 6 años, que según cuentan es tranquila, querendona y hasta nerviosa.
El regreso de Bello hacia Itagüí fue una odisea para el señor Ibarra: ningún bus de servicio público aceptó llevarlo por lo que al final le tocó irse en taxi y pagar una carrera de 30 mil pesos. Como en los buses de Itagüí nunca había tenido inconveniente de subirse con Lupe no pensó que en Bello fuera diferente.
Así como él, son varias las personas que no tienen vehículo y quisieran incluir a sus mascotas en los paseos familiares, pero no es fácil llevarlas en un bus, en metro y hay taxis que no lo permiten.
Según el Ministerio de Transporte La Ley 769 de 2002, en el capitulo IV, artículo 87, determina la prohibición “de llevar animales y objetos molestos en vehículos para pasajeros a excepción de perros lazarillos”. La Corte Constitucional declaró el tema de los animales exequible mediante sentencia C-439 de 2011, es decir, “que se exceptúan de dicha prohibición los animales domésticos siempre y cuando sean tenidos y transportados en condiciones de salubridad, seguridad, comodidad y tranquilidad, según las reglas aplicables”. Siendo así, los buses de transporte público deberían permitir el acceso de mascotas a sus vehículos siempre y cuando cumplan los requisitos.
Jaime Sánchez, director administrativo de Autobuses El Poblado Laureles S.A., le confirmó a EL COLOMBIANO que la ley está, pero que para los buses faltaría la claridad que tiene por ejemplo el Metro de Medellín que implementó horarios precisos para el transporte de mascotas y condiciones como el guacal y el carné de vacunación.
Aclaró que ellos no prohiben a sus conductores que suban mascotas, pero que si deben evaluar las particularidades en cada caso como si el bus va muy lleno y si hay usuarios a quienes no les gusta, por poner un ejemplo.
“Por ley si es claro que no se le puede negar la entrada a un perro lazarillo, pero en el tema de otras mascotas, como es algo tan general, si necesitamos, entre todas las empresas de buses, crear una reglamentación en un proceso concertado. Ya la norma está, la ley está, hay que ponernos de acuerdo en qué es permitido y qué no”. ¿Y entonces? Carolina Londoño nunca pensó con su mascota Lola tomar un bus, siempre se fijó en un taxi, pero fue un lío. “No paran o no acceden al servicio si es pedido. Me ha ido mejor con Uber, pero advirtiendo y llevando una manta grande para cargarlos y que no suelten tanto pelo”.
Con este panorama es claro que llevar a su mascota en transporte público requiere de unas condiciones concretas en algunos casos, indefinidas en otras, que al final también hablan de unos deberes para los propietarios como ciudadanos responsables. Al tema todavía le falta claridad. Conozca las reglas en Medellín