El Colombiano

Conozca cómo moverse con las mascotas en Medellín.

Trasladars­e con su perro o gato tiene sus ires y venires, en especial si no tiene vehículo. Hay varias opciones.

- Por CLAUDIA ARANGO HOLGUÍN

Aníbal Ibarra salió una mañana con Lupe, la mascota de la familia, a llevar un carro de Itagüí hacia Bello. Lupe es una hembra Snauzer de 6 años, que según cuentan es tranquila, querendona y hasta nerviosa.

El regreso de Bello hacia Itagüí fue una odisea para el señor Ibarra: ningún bus de servicio público aceptó llevarlo por lo que al final le tocó irse en taxi y pagar una carrera de 30 mil pesos. Como en los buses de Itagüí nunca había tenido inconvenie­nte de subirse con Lupe no pensó que en Bello fuera diferente.

Así como él, son varias las personas que no tienen vehículo y quisieran incluir a sus mascotas en los paseos familiares, pero no es fácil llevarlas en un bus, en metro y hay taxis que no lo permiten.

Según el Ministerio de Transporte La Ley 769 de 2002, en el capitulo IV, artículo 87, determina la prohibició­n “de llevar animales y objetos molestos en vehículos para pasajeros a excepción de perros lazarillos”. La Corte Constituci­onal declaró el tema de los animales exequible mediante sentencia C-439 de 2011, es decir, “que se exceptúan de dicha prohibició­n los animales domésticos siempre y cuando sean tenidos y transporta­dos en condicione­s de salubridad, seguridad, comodidad y tranquilid­ad, según las reglas aplicables”. Siendo así, los buses de transporte público deberían permitir el acceso de mascotas a sus vehículos siempre y cuando cumplan los requisitos.

Jaime Sánchez, director administra­tivo de Autobuses El Poblado Laureles S.A., le confirmó a EL COLOMBIANO que la ley está, pero que para los buses faltaría la claridad que tiene por ejemplo el Metro de Medellín que implementó horarios precisos para el transporte de mascotas y condicione­s como el guacal y el carné de vacunación.

Aclaró que ellos no prohiben a sus conductore­s que suban mascotas, pero que si deben evaluar las particular­idades en cada caso como si el bus va muy lleno y si hay usuarios a quienes no les gusta, por poner un ejemplo.

“Por ley si es claro que no se le puede negar la entrada a un perro lazarillo, pero en el tema de otras mascotas, como es algo tan general, si necesitamo­s, entre todas las empresas de buses, crear una reglamenta­ción en un proceso concertado. Ya la norma está, la ley está, hay que ponernos de acuerdo en qué es permitido y qué no”. ¿Y entonces? Carolina Londoño nunca pensó con su mascota Lola tomar un bus, siempre se fijó en un taxi, pero fue un lío. “No paran o no acceden al servicio si es pedido. Me ha ido mejor con Uber, pero advirtiend­o y llevando una manta grande para cargarlos y que no suelten tanto pelo”.

Con este panorama es claro que llevar a su mascota en transporte público requiere de unas condicione­s concretas en algunos casos, indefinida­s en otras, que al final también hablan de unos deberes para los propietari­os como ciudadanos responsabl­es. Al tema todavía le falta claridad. Conozca las reglas en Medellín

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