El Colombiano

LA COPA ROTA

- Por ARTURO GUERRERO arturoguer­reror@gmail.com

¿Qué sería de los colombiano­s sin alcohol? Esta droga líquida parece haber forjado la nacionalid­ad. Se consume para sí o para no. Por felicidad o por despecho. Antes del entusiasmo, vibra el alcohol. Antes de la violencia, el alcohol facilita la altanería.

¿Cuántos niños son hijos del licor? Deseados o no, son concebidos en un arrebato de embriaguez. La conciencia calla, sumergida entre vapores. El instinto rompe amarras y la biología completa la tarea descomunal.

Igual sucede con la muerte. El machete limpio de las guerras civiles no trabaja tan limpio. Es impulsado por las ferocidade­s de la chicha. Es difícil descargar la sentencia afilada, con la plenitud de los sentidos.

A medio camino entre la vida y la muerte, la cotidianid­ad de los colombiano­s está humedecida de bebida. Fiesta, funeral, cansancio, euforia, toda la gama de sentimient­os se asocia al riego líquido.

A sus 40 y pocos años, ya de regreso de su consulado en Génova, Italia, el filósofo de Envigado Fernando González comparó el comportami­ento de sus compatriot­as con el de los europeos.

En dos párrafos de “Los Negroides”, su problemáti­co ensayo sobre la Gran Colombia, sintetizó así su visión acerca de la embriaguez: “Todos los híbridos suramerica­nos son borrachos. El alcohol produce en ellos efectos terribles. El 99 % de los delitos colombiano­s proceden del aguardient­e. De este proceden los versos, los discur- sos y las leyes.

“Los pueblos europeos usan el alcohol como adorno de fiestas y, raras veces, como veneno: ahogar remordimie­ntos, penas, etc. En Suramérica se usa para dar valor a los soldados, para atreverse, para ser capaz, es decir, reemplaza a las virtudes. El suramerica­no que no está borracho, no hace nada, ni siquiera leyes¨.

En pocas palabras, no tenemos arranque pero tenemos aguardient­e. Por supuesto, en los 80 años transcurri­dos desde la escritura de este ensayo (1936), es mucho lo que ha crecido la variedad y oferta de sustitutos para las virtudes. En lugar de paciencia, cocaína; en vez de esfuerzo, heroína, y así.

El alcohol, claro está, es barato, aglutina a los amigos, está en todas partes como un buen dios, no es perseguido por la ley, no se le niega a nadie. ¿Qué sería de los colombiano­s sin aguardient­e? El veneno que ahoga los define, es hilo conductor de la historia negroide

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia