¿Qué tan saludable es ejercitarse al aire libre?
Los altos índices de contaminación en el Valle Aburrá obligan a tener precauciones para hacer ejercicio.
Los amantes del ejercicio y los cuerpos fitness en Medellín tienen por estos días un enemigo más grave que la harina o el chocolate: la última semana, en tres días hubo alerta naranja por la contaminación atmosférica en la capital antioqueña y el Valle de Aburrá.
La presencia en el ambiente de partículas contaminantes PM 2.5, que son 100 veces más pequeñas que un cabello, representa un deterioro de la calidad del aire que respiran quienes habitan el Valle de Aburrá e implica cuidados para grupos sensibles (niños, mujeres en edad de gestación, personas con enfermedades respiratorias y adultos mayores) y para los deportistas que se ejercitan al aire libre.
El doctor Héctor José Ortega Jaramillo, especialista en Medicina Interna y Neumología de la Clínica CardioVid de la Congregación Mariana, señala que cuando se realiza actividad física se puede aumentar hasta cinco veces el volumen de respiración por minuto.
“El problema de hacer ejercicio en ambientes contaminados es que como se incrementa el volumen de respiración, la cantidad de contaminantes que in- gresan al organismo es mucho mayor. Si uno en condiciones normales moviliza 8 litros de aire en un minuto, cuando hace ejercicio puede subir a 30, 35, y hasta 40 litros por lo que la cantidad de partículas contenidas en el aire que inhala también se incrementa”, dice.
Por tal motivo, recomienda, cuando la alerta esté vigente, lo mejor es hacer ejercicio en recintos cerrados que permiten tener más control del material particulado y hacerlo en horas de menos contaminación (evitar las horas pico):
“Tampoco hay que generar alerta a la población restringiendo del todo la actividad física, pero escenarios como el actual es mejor ser cuidadoso con el lugar y la hora adecuada para que sea potencialmente menos peligrosa”, dijo.
Fernando Montes Zuluaga, médico epidemiólogo secretaría de Salud de Medellín, recomienda que si se va a realizar ejercicio sea al mediodía y señala la importancia de estar atento a cómo responde el organismo a síntomas asociados a la contaminación, como rinitis, moqueo, aumento de la frecuencia respiratoria o cardiaca:
“La contaminación tiene unos picos, relacionados con las horas pico de vehículos y con las temperaturas. Lo que se ve es que al comienzo y final del día la carga de contaminación es más alta, entonces se recomienda tratar de hacer actividad física al mediodía, disminuir el tiempo de exposición y bajar la intensidad”.
El funcionario aclara que las enfermedades respirato-
rias en Medellín tienen un carácter más cíclico y estacional, que corresponden a épocas de invierno y lluvias, como la actual, por lo que aún no puede atribuirse el aumento de consulta por enfermedad respiratoria de manera directa con la contaminación ambiental.
Ambos coinciden en que, al realizar actividad física, es preferible que sea en recintos cerrados, y en que la situación en las poblaciones vulnerables es más delicada porque tienen un sistema inmunológico menos eficiente y un mecanismo de higiene bronquial menos efectivo, que los hacen más susceptibles a los efectos de la contaminación.
El médico neumólogo y profesor de la Facultad de Medicina de la U. de A. , Héctor Ortega, ex-
plicó que las partículas PM2.5, son las más complejas porque por su tamaño, al ser inhaladas pueden llegar a las partes más periféricas de las vías respiratorias y los pulmones, es decir a los bronquiolos y a los alvéolos.
Una de las primeras evidencias de las consecuencias de la contaminación ambiental está en un aumento de síntomas como la tos, el aumento de flemas y la sensación de cuerpo extraño en las vías aéreas, afirma Ortega