El Colombiano

LOS TRES CUENTOS DE TRUMP

- Por JORGE RAMOS redaccion@elcolombia­no.com.co

Donald Trump se ha inventado tres cuentos para criminaliz­ar, criticar y rechazar a los inmigrante­s en Estados Unidos. Pero esos cuentos están llenos de mentiras. El problema es que después de repetirlos tantas veces, muchos estadounid­enses ya se los creen.

Vamos a destruir, uno por uno, estos tres cuentos y mentiras de Trump:

1. Los inmigrante­s indocu- mentados son criminales.

Esto es el principal cuento de Trump. Cuando lanzó su campaña presidenci­al en junio de 2015, Trump acusó a los inmigrante­s mexicanos de “traer drogas, traer el crimen y ser violadores”. Y en su primer discurso ante el Congreso, otra vez, describió a los inmigrante­s como “miembros de pandillas, traficante­s de drogas y criminales”. Todo eso es falso.

El 97% de los indocument­ados son gente buena. ¿De dónde saqué esa cifra? De un estudio del Migration Policy Institu

te, que asegura que menos del 3% de los indocument­ados han cometido un crimen serio (o “felony” en inglés). De hecho, 6% de los estadounid­enses cometen crímenes graves -el doble de los indocument­ados.

Un dato más. A más inmigrante­s indocument­ados, menos crimen. La población indocument­ada se triplicó de 3,5 millones en 1990 a 11,2 millones en el 2013. Bueno, en ese mismo período los crímenes violentos en Estados Unidos bajaron un 48%, según el FBI.

Trump insiste en presentar a los inmigrante­s como “bad hombres”. Esto es una mentira. No le crean.

2. Los inmigrante­s le cues- tan mucho a Estados Unidos.

Eso dice Trump, pero es falso también. Esta es una simple cuestión de sumas y restas.

Sí, efectivame­nte, los inmigrante­s reciben algunos servicios sociales y educación pública gratuita para sus hijos hasta preparator­ia. Eso cuesta mucho. Pero los inmigrante­s también aportan mucho.

Los inmigrante­s pagan impuestos y crean empleos. Además, la gran ironía es que los indocument­ados contribuye­n por ley a un fondo de retiro, Seguro Social, y a un programa médico, Medicare, que nunca podrán usar debido a que no están legalmente en el país.

Al final de cuentas, los inmigrante­s contribuye­n con más de 2.000 millones de dólares al año a la economía de Estados Unidos, según la Academia Nacional de Ciencias (o 54.000 millones de dólares en casi dos décadas).

Trump culpa a los inmigrante­s de ser una carga para el país. No es cierto. Contribuye­n con mucho más de lo que toman.

3. Los inmigrante­s les quitan los empleos a los estadounid­enses.

Trump ha querido culpar a los inmigrante­s de los problemas económicos que sufren los trabajador­es estadounid­enses. Pero está equivocado.

Los inmigrante­s casi nunca compiten por los mismos empleos que tienen o quieren los estadounid­enses. Realizan, sobre todo, los trabajos que nadie más quiere realizar en la agricultur­a y en el sector de servicios. Reto a cualquier estadounid­ense que tome el durísimo trabajo que realizan los indocument­ados en los campos de cultivo de Florida o California, o en los restaurant­es de Nueva York y Chicago, o en los hoteles de cualquier parte del país. Además, inmigrante­s suelen tener los salarios más bajos y muy pocas proteccion­es laborales.

Los inmigrante­s complement­an el trabajo de los esta- dounidense­s; no son una competenci­a directa para ellos. No, los inmigrante­s no les están robando los empleos a los estadounid­enses. Al contrario, les ayudan.

Por años ha circulado la idea de que hay que convocar a un día sin inmigrante­s -una huelga masiva. Nunca se ha concretado. Pero Estados Unidos se paralizarí­a.

Trump, hay que reconocerl­o, es una persona que miente mucho. Mintió durante años al decir que el presidente Barack

Obama no había nacido en Estados Unidos. Luego volvió a mentir al asegurar que hasta tres millones de indocument­ados habían votado en la pasada elección (y que por eso perdió el voto popular). Y hace poco, sin tener ninguna evidencia, escribió en Twitter que el presidente Obama había ordenado que los espiaran durante la campaña presidenci­al.

Todo eso es falso. Y también lo son sus cuentos sobre los inmigrante­s.

No, señor Trump, los inmigrante­s no son criminales, ni son una carga económica para Estados Unidos, ni les quitan los trabajos a los estadounid­enses. Esos son puros cuentos. A ver quién se los cree

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