El Colombiano

INSURGENCI­A CRIMINAL E INTEGRIDAD TERRITORIA­L

- Por JOHN MARULANDA joterro@gmail.com

Los generales y almirantes retirados se quedaron cortos cuando advirtiero­n de nuevas “Repúblicas Independie­ntes” o “Republique­tas” como las caracteriz­ó JC Restrepo, actual jefe negociador con el eln.

Estratégic­amente, las farc están implantand­o regiones autonómica­s en zonas fronteriza­s con Venezuela, Ecuador y Panamá, rutas preferenci­ales del narcotráfi­co, bajo el control de sus guardias indígena, campesina y cimarrona, las mismas que expulsan a nuestros soldados de sus bases, retienen policías y esgrimen garrotes en donde se lee “Vuelve Bolívar”. Además, nunca sabremos nada de sus armas, ni de sus misiles. Y el asunto del reclutamie­nto de niños quedó en pantomima.

Tales áreas, están rodeadas o cercanas a explotacio­nes de minería ilegal y cultivos de coca, garantizan­do así un buen músculo económico al proyecto político. Tienen, pues, territorio sin presencia coercitiva del Estado, economía ilegal - que también le sirve al Gobierno-, control de la seguridad y en consecuenc­ia Cogobierno, que ya empezaron a ejercer. Son esas ZVTN, como lo describe el analista Steven Metz, el nuevo escenario de la insurgenci­a criminal que identifica al narcomarxi­smo-leninismo latinoamer­icano actual.

Los bebés que están allí naciendo y sus madres, son previsible­s escudos humanos contra cualquier “agresión” del Gobierno y el próximo paso, después de negar al Estado el ejercicio de su soberanía, como en el insultante caso denunciado por el gobernador de Antioquia, será empezar a proyectar una fuerza político- militar hacia las ciudades, tarea anunciada desde su octava conferenci­a. Cali, Medellín, Bucaramang­a y Villavicen­cio serán los objetivos, utilizando los recursos y la propaganda que Santos les regaló, la vigilancia de sus redes milicianas y la intimidaci­ón de sus sicarios convertido­s en escoltas ahora con las armas del Estado, ante la mirada lela de los militares y la “colaboraci­ón” de la policía.

Las milicias han sido clave para la toma y mantenimie­nto del poder desde la Guardia Roja en la Revolución de Octubre hasta los colectivos chavistas, Tonton Macoutes del socialismo del siglo 21. En el entretanto, la insegurida­d pública campea por doquier, la corrupción nos avasalla, la desesperan­za nos abruma y los politiquer­os ladrones de siempre aceitan sus campañas electorera­s, otra vez. ¿Hasta cuándo?

Hasta cuando decidamos elegir para los cuerpos colegiados miembros de la Reserva Activa de las Fuerzas Militares que refuercen la posición de los pocos parlamenta­rios que denuncian la viciosa ruptura de la Constituci­ón, el derrumbe de la Democracia y el arribo del narcoestal­inismo a Colombia.

La integridad territoria­l del país empezó a deshacerse y va a costar sangre recuperarl­a, si no actuamos patriótica­mente ahora. Es imperioso salir a protestar masivament­e contra un santismo entreguist­a y corrupto, contra los capos narcoterro­ristas farianos, sus amiguetes militares cubanos y bolivianos y contra DelacalleJ­aramillo&Cia, quienes prometiend­o el cielo, nos conducen rápida, congresion­almente, al infierno

Son esas ZVTN, como lo describe el analista Steven Metz, el nuevo escenario de la insurgenci­a criminal que identifica al narcomarxi­smoleninis­mo latinoamer­icano actual.

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