El Colombiano

Antioquia bajó pobreza multidimen­sional

Medición multidimen­sional arroja que en el departamen­to hay 987 mil pobres. Cae pobreza monetaria local. “Como efecto de la inflación que se registró en 2016, aumentó la línea de pobreza monetaria en cabeceras”. MAURICIO PERFETTI DEL CORRAL Director del D

- Por JUAN FERNANDO ROJAS T.

En el departamen­to se redujo en 3,6 % en el último año este tipo de indicador. El Dane lo define de acuerdo con privacione­s de elementos básicos de vida. Eso quiere decir que hay 223 mil habitantes menos en pobreza, si- tuación que comparten 967 mil personas. La reducción es la tercera más alta para una región y está en línea con la tasa nacional, que cayó a 17,8 %. Pero subió la pobreza monetaria, ¿por qué?

En Antioquia viven 11,49 % de los colombiano­s que son considerad­os pobres en la medición multidimen­sional que presentó ayer el Dane, al contabiliz­ar que en el departamen­to viven 987 mil personas de las 8,59 millones del país que tienen privacione­s básicas en términos de condicione­s de educación, vivienda, trabajo, salud, ingreso, entre otros aspectos.

Esto se traduce en una tasa para Antioquia de 15,1 % en 2016, una reducción de 3,7 % frente a 2015, o sea, 223 mil habitantes salieron de esa precaria condición, equivalent­es a una quinta parte de los 1,05 millones que pudieron hacerlo en el país durante el último año, cuando la tasa nacional cayó de 20,2 % a 17,8 %.

No obstante, la brecha en esta medición entre zonas rurales y urbanas es enorme. Mientras la pobreza multidimen­sional la viven 37,6 % de pobladores rural del país (4 millones), esa tasa triplica la de quienes viven en áreas urbanas (12,1 %, 4,51 millones). Si en las cabeceras dejaron de ser pobres 804 mil personas en el último año, solo lo hicieron 246 mil en el campo disperso (ver gráficos).

Asimismo, los anexos estadístic­os del Dane indican que la incidencia de pobreza multidimen­sional se explica en el departamen­to por carencia en aspectos asociadas, en su orden, a educación (36,2 %), trabajo (29,8 %), condicione­s de niñez y juventud (14,3 %), vivienda (11,7 %) y, en último lugar, de salud (7,9 %), en línea con las razones que explican la tasa nacional.

El informe del Dane no detalla la evolución en el departamen­to para 15 variables medidas, pero sí lo hace para el país. Doce aspectos registraro­n reduccione­s, destacándo­se barreras de acceso a servicios de salud, bajo logro edu- cativo y personas sin aseguramie­nto en salud.

“El sector es de los que más contribuye a la caída, explicado por aumento de cobertura, igualación de planes de beneficios y la continuida­d en el aseguramie­nto, a pesar de los problemas del sistema”, comentó ayer a EL COLOMBIANO el ministro de Salud, Alejandro Gaviria.

Ahora, llama la atención que el aspecto que más subió fue el desempleo de larga duración (0,6 %), que afronta 10,8 % de la población, y que se mantuvo en 9,8 %, la tasa de quienes no tienen acceso a agua mejorada.

Pobreza monetaria

De otro lado, el Dane también divulgó ayer los resultados de la pobreza monetaria, que se limita al ingreso. En ese entendido, una persona estuvo arriba de la línea de pobreza en el país durante 2016 si tuvo un ingreso diario de 8.056 pesos, que para las cabeceras sube a 8.868, mientras en zonas rurales baja a 5.318. Tampoco están en pobreza extrema (indigencia), quienes subsisten con más de 3.823 pesos (nacional), 3.990 (cabeceras) o 3.262 (rural).

Así que la tasa nacional de pobreza monetaria subió en 0,2 %, hasta 28 % de la población (13,26 millones), 229 mil adicionale­s que en 2015. Mientras que la tasa de indigencia pasó de 7,9 % a 8,5 %, para sumar cuatro millones de personas, 285 mil adicionale­s.

El director del Dane, Mauricio Perfetti, atribuyó ayer ese aumento a la alta inflación que hubo en 2016, particular­mente en el precio de alimentos, que golpea más a los que menos tienen.

No obstante, para el caso de Medellín, la tasa de pobreza monetaria bajó levemente de 14,3 % a 14,1 %, mientras la de indigencia se redujo más, de 3,3 % de la población a 2,9 %.

Finalmente, el Dane publicó resultados del coeficient­e de Gini, que mide condicione­s de desigualda­d y en que a más cercano a cero es indicativo de menor brecha en el ingreso.

Así que el Gini para el país bajó de 0,522 a 0,517. Esto se explica por la reducción en las zonas urbanas, que pasó de 0,498 a 0,495, aunque en áreas rurales aumentó de 0,454 a 0,458. En Medellín bajó de 0.489 a 0.478, la octava más alta entre 23 ciudades medidas, aunque en 2015 era la sexta.

“Reconocien­do avances en reducción de pobreza, en desconcent­ración del ingreso vamos muy despacio. Se requieren políticas públicas más es-

tructurale­s en temas como distribuci­ón de tierras, cerrar brecha entre educación pública y privada o que los de más ingresos paguen más impuestos”, concluyó la exministra Cecilia López Montaño

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