El Colombiano

¿Están protegidos los datos de la gente?

En la vida digital y analógica los datos circulan casi que sin control, pero cada quien decide qué informació­n da.

- Por JONATHAN MONTOYA GARCÍA

Cada semana, por lo menos, Mauricio* recibe una llamada desde un hotel de un municipio de Antioquia. Le ofrecen vacacionar durante un fin de semana pagando solo la alimentaci­ón. Mauricio nunca les dio su número de teléfono, de hecho, nunca ha dado sus datos para participar en una rifa, tal como le señalan las personas que lo contactan para contarle sobre el plan.

Para Mauricio es claro, su número de teléfono, de alguna forma, terminó en manos de las personas que promociona­n los planes del hotel, y ahora él trata con insistenci­a de decirles que por favor paren de llamarlo. Sin embargo, lo siguen haciendo.

La solución a ese inconvenie­nte que estipula la Ley de Habeas Data, es que se envíe una solicitud a la empresa que esté usando los datos pidiéndole que la informació­n sea borrada de la base de datos en un plazo máximo de 30 días.

Esos casos de fuga de informació­n personal son muy comunes tanto en la vida digital como en la analógica.

Por esa razón, y con el fin de proteger los datos de las personas, surgió en Colombia el decreto 1377 de 2013, que reglamenta parcialmen­te la Ley de Habeas Data.

Entre los derechos del ciudadano dueño de la informació­n está, por ejemplo, que el individuo pueda conocer para qué y cómo será utilizada. Así, cada vez que una empresa le solicite sus datos personales, deben informarle qué uso les darán.

El Caso Uber

Esta semana se conoció que un conductor de la plataforma Uber usó el teléfono de una usuaria para una situación diferente a la prestación del servicio de transporte.

Según Carolina Botero, de la Fundación Karisma, en el caso específico de la usuaria de Uber se dio una violación de la intimidad, no una violación de la ley Habeas Data. Esta dice Botero, es específica en reglamenta­r el uso que las empresas puede darles a los datos que sus usuarios les suministra­n. Esos datos los usan, por ejemplo, para ofrecerles distintos servicios.

Como no fue Uber quien usó de forma inadecuada la informació­n, la culpa no recae sobre la plataforma o

aplicación, sino sobre el conductor que prestó el servicio, quien tuvo acceso a los datos de la usuaria y los usó de forma indebida.

Tanto Uber como otras aplicacion­es -Airbnb, Easy Go–, que ponen en contacto a una persona con otra para que hagan un tipo de transacció­n, exponen datos sensibles como dirección de residencia y teléfono.

En ese sentido, es decisión del usuario si acepta las condicione­s de uso, en el caso de esas apps, por ejemplo, revelar esos datos. Pero si con quien se realiza la transacció­n se sale de la norma que estipule cómo debe manejar la informació­n entregada, es obligación informarlo.

Para prevenir fugas de informació­n cada usuario, antes de descargar una app, debería leer a qué le está dando acceso; tal vez cuando lo conozca decida no continuar. Por eso es importante leer atentament­e las condicione­s, pues en general, se les da permiso de acceder a la lista de contactos, fotos, y mensajes SMS.

(*) Nombre cambiado por solicitud

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia