Dos motores económicos que se prenden para Colombia
Colombia tiene cómo crecer a tasas anuales de entre el 3 % y 4 %, por tanto, el potencial de tener regiones libres de conflicto armado representa una gran oportunidad para la inversión privada y el desarrollo de economías locales. Este contexto resulta atractivo a grandes compañías y para el impulso de emprendimientos regionales. Recientemente el Gobierno anunció que se avecina la construcción de 3 mil kilómetros de vías terciarias que beneficiarán a municipios afectados por el conflicto en 15 departamentos. También hace unos días, el Ministerio de Agricultura destacó que la mitad de 139 mil nuevos empleos generados en 2016 fueron puestos de trabajo en áreas rurales. Lo anterior evidencia el impulso del campo y oportunidades de desarrollo que representa para las regiones que fueron más afectadas por la confrontación armada. En este escenario, el sector privado ve con buenos ojos la posibilidad de alianzas y trabajo colaborativo con el Gobierno para fortalecer la agroindustria. No en vano, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha dicho que Colombia posee alta disponibilidad de recursos hídricos y agrarios para disponer una canasta diversificada de productos. Asimismo, el sector de infraestructura también jugará un papel importante en la Colombia del posconflicto. Las obras civiles anunciadas demandarán una gran inversión del Estado y la sinergia de compañías del rubro. El impacto que se buscará al conectar regiones que por décadas estuvieron apartadas de centros urbanos mejorará la calidad de vida de miles de colombianos. De hecho, el segmento ya ha empezado a mostrar un impulso. Según la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI) el incremento del sector en los últimos años es cercano al 12%, y según, se espera que continúe de esta manera en el 2017. Sin duda, esta industria también representa un motor económico para el país, no solo en construcción y adecuación de vías terciarias, sino en proyectos que constituyen una apuesta enorme para la competitividad del país como las vías 4G. De la misma manera que se han movilizado recursos para modernizar la infraestructura del país, también se deberían desplegar proyectos enfocados en otros mercados donde existe un potencial inmenso, como el de alimentos o agricultura. Una vez el Gobierno anuncie los focos de desarrollo de país, el sector público y privado se moverán al trabajo conjunto que, al final del día, se traduce en beneficios para los ciudadanos. Las coyunturas globales económicas con el cambio de Gobierno de Estados Unidos, sumado a cambios generados con la última reforma tributaria, entre otros, plantean a las empresas la necesidad de continuar implementando prácticas innovadoras y sostenibles, adaptadas a las demandas de nuevos escenarios de desarrollo. Así que hay grandes oportunidades en cuanto a inversión y trabajo colaborativo en el marco del desarrollo sostenible, apuesta de y compañías que creemos e invertimos en Colombia desde hace décadas.