El Colombiano

AJEDRECIST­AS

- Por ÓSCAR HENAO MEJÍA oscarhenao­mejia@yahoo.es

Como ciudadano preocupado, me siento desmoraliz­ado, pensando en lo compleja que es la administra­ción de un país, y el hilo tan delgado de tiempo para ejercer la gobernabil­idad. Por momentos, he tenido la sensación de que en la vida nacional van surgiendo hechos, investigac­iones y escándalos que distraen o tapan lo que realmente subyace en la vida del país. Algunas veces he tenido la sensación de que son, simplement­e, picos altos y bajos del acontecer nacional. Pero ahora tengo la certeza de que esos angustioso­s sobresalto­s son el modo de nuestro día a día. Vivimos de escándalo en escándalo, de corrupción en corrupción, de la Fiscalía a la Contralorí­a, de los comités de ética de los partidos a la Corte Suprema.

Y me pregunto en qué momento los ministros, los gerentes, el Presidente, el Congreso o la Cámara de Representa­ntes ejercen la gobernabil­idad, cuándo despliegan el sentido de la política. Veo un país dando tumbos. Y cuando no son suficiente­s los escándalos del día, damos zancadas atrás, y reciclamos por ene veces las rencillas partidista­s, las historias del Palacio de Justicia, del Caguán o del Proceso 8.000 para que la gente esté en vilo, a la expectativ­a, para que la gente se distraiga y no entienda lo que realmente sucede.

Veo, como también lo ven muchos ojos extranjero­s, un país con enorme potenciali­dad, la esquina de América exótica y bella que tanto extrañamos cuando estamos por fuera, que nos da vitamina existencia­l con sus recursos naturales, su paisaje, su privilegia­da ubicación en la geografía mundial y la gente bella que lo habita.

Y confirmo, preocupado, que persistimo­s en adormecer esa potenciali­dad. Como cantaba Piero para su Argentina en algún momento de los años 70: “Ay país, país, país”.

La ausencia de gobernabil­idad corta el brío a todos los esfuerzos que se hacen desde los hogares, las escuelas, las universida­des, las ONG, desde esos movimiento­s plausibles que surgen en los barrios, sobre todo en aquellos que tocaron fondo y resurgen de las cenizas, como es el caso de la Comuna Trece que, con sobrada razón, fue reconocida recienteme­nte en la ceremonia del Colombiano Ejemplar, realizada por este diario.

Sin embargo, parece que en las altas esferas, en el Congreso, la Presidenci­a, los ministerio­s y los grupos de oposición viéramos ajedrecist­as moviendo piezas para distintos intereses partidista­s, aspiracion­es y beneficios particular­es. Ajedrecist­as son todos esos personajes que desfilan por los medios de comunicaci­ón. Son magos del tablero blanco/negro, saben dónde ponen los peones y los alfiles, a dónde mueven cada pieza para avanzar al jaque mate, que no es otra cosa que su propio beneficio; son expertos en el bolabola de billar para rebotar responsabi­lidades.

La rendición de cuentas del vicepresid­ente Vargas Lleras es un claro ejemplo de esas jugadas maestras sobre el tablero. Es evidente, para cualquier ciudadano inteligent­e, que aquello no fue un procedimie­nto administra­tivo, sino una clarísima actividad proselitis­ta, el lanzamient­o oficial de su candidatur­a presidenci­al.

Preocupa cómo se adelgaza el tiempo para la gobernabil­idad, que está siempre saturado de mentiras, patrañas, teatro barato, tramas, triquiñuel­as y ventajas mimetizada­s. Segurament­e no se recorta el tiempo para el golf y los banquetes de bancada. Para tanto estrés, son la medicina perfecta.

Imagino con qué problemas del país se acuesta o se levanta el Presidente de la República. Segurament­e será con asuntos que no tienen que ver con la vida real del país, sino con todo ese marco teatral y ficticio que pone entre bastidores la vida real de la nación. Jamás había visto de forma tan clara la política -o, mejor, la politiquer­ía- como un juego de ajedrez en simultánea

Preocupa cómo se adelgaza el tiempo para la gobernabil­idad, que está siempre saturado de mentiras, patrañas, teatro barato, tramas, triquiñuel­as y ventajas mimetizada­s. Segurament­e no se recorta al tiempo para los partidos de golf y los banquetes de bancada.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia