UNA MATANZA CRUEL E INUSUAL
El plan del estado de Arkansas de ejecutar a ocho hombres en 11 días el mes entrante es una receta para el desastre, uno que es completamente responsabilidad del estado.
Aunque el estado no ha ejecutado a nadie desde noviembre de 2005, ahora dice que tiene que ejecutar a dos personas por día el 17, 20, 24 y 27 de abril porque su suministro actual de midazolam, una de sus tres drogas usadas para la ejecución, se vencerá al final del mes.
Esta será la serie de ejecuciones más rápida en cualquier estado en más de 40 años, po- niendo extraordinaria presión sobre el equipo de ejecución y aumentando el riesgo de errores. Es más, la lógica del estado para el plan -la fecha de vencimiento de su suministro de midazolam- es defectuosa, porque la droga no debería ser usada en ejecuciones en primer lugar.
Según 16 profesores de farmacología, quienes firmaron un amicus curiae para la Corte Suprema, hay “consenso científico abrumador” en cuanto a que el midazolam es incapaz de inducir la “inconsciencia profunda y comatosa” necesaria para asegurar una ejecución humana y constitucional.
En varias ejecuciones fallidas en los últimos años, midazolam no actuó como se pretendía o causó sufrimiento prolongado antes de finalmente matar al preso. Cuando Alabama ejecutó a Ronald Smith en diciembre, este luchó durante 13 minutos después de que el equipo de ejecución administró midazolam. El pecho de Smith se alzó, y él jadeó y tosió y apretó el puño antes de que la segunda droga lo paralizara.
Después de que el equipo de ejecución de Ohio le dio midazolam a Dennis McGuire en enero de 2014, este luchó y jadeó. Testigos dijeron que resopló e hizo ruidos de ahogo has- ta que murió, casi media hora después. Una corte federal prohibió que el estado siguiera utilizando la droga, al encontrar que midazolam crea un “riesgo sustancial de daño serio”.
Joseph Wood respondió de manera similar durante su ejecución en julio de 2014 en Arizona. Como respuesta a este incidente y a una demanda, el Departamento de Correcciones de Arizona anunció en diciembre que nunca más utilizaría midazolam en una ejecución. La ejecución de Clayton
Lockett por Oklahoma en abril de 2014 fue espeluznante. Un doctor y un paramédico tuvieron problemas para ponerle dos intravenosas y, finalmente, lo pusieron en una vena en la ingle. Diez minutos después de que el médico le inyectara midazolam a través de esa vena, declaró a Lockett inconsciente. Pero el IV se desplazó, y los dos siguientes fármacos administrados fueron a parar en el tejido circundante en lugar de su torrente sanguíneo.
Lockett recuperó consciencia, lo que indicó que el midazolam no lo había mantenido insensible al dolor de las drogas que siguieron, y empezó a retorcerse y a gritar. Se demoró casi 40 minutos para morir.
Investigadores del Departa- mento de Seguridad Pública de Oklahoma entrevistaron al equipo de ejecución y encontraron que varios de ellos comentaron sobre el “sentimiento de estrés adicional” para los empleados creado por programar dos ejecuciones el mismo día. El informe del estado recomendó que eje- cuciones no fueran programadas con menos de siete días de diferencia entre ellas debido a “preocupaciones en cuanto a personal e instalaciones.”
El equipo de ejecución de Arkansas, el cual no ha realizado una ejecución en más de una década y nunca la ha realizado con midazolam, se enfrenta a un plan abrumador e incansable de dos ejecuciones por día, repetido cuatro veces en 11 días. La presión sobre el equipo será inmensa.
No hay necesidad de que Arkansas actúe de manera tan irresponsable. Aunque el gobernador Asa Hutchinson ha dudado si el estado podrá conseguir midazolam en el futuro, el estado no ha apoyado la declaración de que la droga no está disponible. Es cierto que algunas compañías farmacéuticas, incluyendo algunos de los fabricantes de midazolam, no quieren estar asociadas con ejecuciones y han hecho que sus productos no estén disponibles para tal uso. Pero otros estados han obtenido midazolam para ejecuciones. Ohio, por ejemplo, compró grandes cantidades de la droga dos veces a finales del 2016.
Esto lo hemos visto antes. Durante años, los estados han citado preocupaciones sobre la disponibilidad de la droga para justificar discreción e irresponsabilidad en sus esfuerzos por conseguir drogas y realizar ejecuciones. Arkansas está siguiendo este manual de estrategia para defender el afán por realizar ocho ejecuciones con una droga que la ciencia y el experimento nos dicen que es completamente inadecuada para la tarea.
El hecho de que el suministro de midazolam de Arkansas está a punto de vencerse no justifica un plan de ejecuciones afanado
El plan del estado de Arkansas de ejecutar a ocho hombres en 11 días el mes entrante es una receta para el desastre.