Tribunal Supremo venezolano, obligado a reversar su decisión.
El chavismo sale maltrecho de su error, pero mantiene su sometimiento de la democrácia.
Tras un poco más de 58 horas de casi absoluto rechazo internacional a la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela de asumir las funciones de la Asamblea Nacional, el chavismo reculó y, sobre la madrugada del sábado, revisó el polémico fallo. Para fuentes consultadas por EL COLOMBIANO, lo ocurrido ayer constituye una muestra de debilidad del régimen ante una respuesta internacional que, por primera vez, logró resultados palpables.
“Es solo responsabilidad del órgano Legislativo reasumir el válido ejercicio legal y legítimo de sus competencias al acatar las decisiones del Poder Judicial y someterse al Estado de Derecho”, informó el Supremo a través de un comunicado leído en televisión por el magistrado Maikel Moreno.
La máxima corte de Venezuela sostiene que “no ha despojado al Parlamento de sus funciones, así como tampoco lo ha disuelto o anulado, y reconoce la inmunidad parlamentaria como una garantía de la función legislativa”.
Señala que las decisiones tomadas “en resguardo del orden constitucional” buscaban “garantizar el funcionamiento eficaz de la institucionalidad democrática”.
El TSJ, no obstante, reitera su orden para que la Asamblea Nacional acate anteriores senten- cias, que exigen la desincorporación de tres diputados por Amazonas, por supuestas irregularidades en su elección.
Debilidad ante el mundo
En los últimos días, las reacciones de condena internacional se replicaron como bola de nieve en los países del globo. De modo más directo, Perú retiró de forma indefinida a su embajador en Caracas, mientras que Colombia llamó a consultas a su máximo representante diplomático.
La Organización de Estados Americanos (OEA), que días antes de la decisión del TSJ ya se encontraba ejerciendo presión sobre el régimen chavista —advirtiendo con la aplicación de su Carta Democrática en caso de que se siguiera postergando el proceso electoral—, redobló su empuje con la indignación internacional suscitada desde el jueves.
En las horas siguientes se sumaron los gobiernos europeos a la condena mundial, incluyendo a Alemania: “es insoportable la manera en la que el presidente Nicolás Maduro convierte a la población de su país en rehén de sus propias ambiciones de poder”, dijo el portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert.
Tras la rectificación, ¿se trata por tanto de la primera vez que, tras 18 años de chavismo, la comunidad internacional logra hacer que el régimen corrija en algo sus intransigentes políti- cas? En diálogo con EL COLOMBIANO, expertos coincidieron.
“Es una demostración de debilidad ante la poca credibilidad internacional que tiene el gobierno. La reacción mundial contra este golpe de Estado logró que el chavismo no tuviera más alternativa que rectificar sobre una acción que el mismo Chávez condenaba en 2010. Es la primera vez que lo ha doblegado la presión internacional ante una cuestión tan importante”, explicó Miguel Ángel Román, periodista y conductor del programa Café y Noticias.
“Nunca antes, en los 18 años de régimen, se había producido tal avalancha de opinión mundial desfavorable, lo que colocó al chavismo en una posición muy difícil”, consideró Nelly Arenas, docente de ciencia política de la Universidad Central de Venezuela.
“Hasta la diplomacia alemana, que históricamente ha sido prudente respecto a las actuaciones de otros gobiernos, se expresó sobre el tema, protestó de forma rotunda. Con tal respuesta internacional, la balanza se inclinó a favor de la oposición”, agregó.
“Hubo en el pasado condenas muy importantes que pasaron sin pena ni gloria. Pero en este caso casi toda la comunidad internacional se pronunció sin ambigüedades a favor de la democracia y le dio un espaldarazo a la Asamblea Nacional, que venía sufriendo golpe tras golpe. Por tanto, esta vez esa presión logró resultados tangibles”, concluyó
¿Dictadura solapada?
A pesar de lo positivo que pueda ser esa revisión del TSJ, existen elementos que no solo matizan lo ocurrido, sino que dan para pensar que en nada va a cambiar la amenaza sobre la democracia venezolana.
“El chavismo lanza el anzuelo, mira si hay o no reacciones, y después decide si recula o no. Aunque en mi opinión, no es que haya reculado 100 %. El TSJ dijo que había una revisión y la interpretó de una manera determinada, pero el presidente Maduro sigue con poderes supremos, con la ley Habilitante, sigue con el decreto de Emergencia. Lo que implica que la Asamblea Nacional hoy sigue siendo un Legislativo sin poder”, argumentó Jesús Castillo Molleda, politólogo y docente de la Universidad del Zulia.
“Además el TSJ básicamente le dijo a la AN: ‘te devuelvo los poderes del Parlamento si acatas nuestras decisiones. Si sigues en desacato, todas tus acciones siguen sin tener ninguna validez legal en Venezuela’. Es como si te regresan tu carro pero no lo puedes manejar, y cuando quieran te lo quitan de nuevo”, advirtió.
Para el experto, el gobierno chavista ya había anulado a la AN desde hace un año, cuando decreta en marzo de 2016 la Emergencia económica, que le da muchas competencias por encima del Legislativo: “Maduro puede aprobar presupuesto nacional y municipal. Puede legislar en materia de seguridad, economía, acuerdos comerciales y política exterior. Y también puede derogar leyes”.
Otros expertos como Román y Arenas ven el vaso medio lleno, porque a pesar de que saben que ese solapamiento del régimen ha sido una realidad durante años, quien ganó afuera en legitimidad fue la oposición.
“El objetivo que tenía el chavismo no se logró, sino que el tiro le salió por la culata. El gobierno sale muy maltrecho y la respuesta internacional blindó a los opositores”, concluyó Arenas
“Es fundamental que los instrumentos democráticos se activen para que el pueblo venezolano se exprese en las urnas”. SUSANA MALCORRA Canciller de Argentina