Lasso o Lenín definen si habrá viraje en Ecuador
Al final de una campaña plagada de contradicciones y polarización, el país vecino sabrá si la oposición se unió lo suficiente para vencer al correísmo.
Crispación y polarización son las palabras que han marcado a Ecuador en los últimos días. El motivo es obvio, se desató la tensión entre correístas y opositores en las jornadas previas a que los ecuatorianos acudan a las urnas a definir quién será el próximo presidente del país: Lenín Moreno o Guillermo Lasso.
Hoy se acabó la espera. Ecuador decide entre dar continuidad a las políticas que desarrollaron de forma notable la infraestructura y acercaron servicios sociales a la gente (Lenín), o permitir un viraje neoliberal, en busca de recuperar empleos perdidos y pensiones truncadas (Lasso).
¿Qué implicaciones tendrían uno u otro ganador para Ecuador? ¿Quién llega más opcionado y qué panorama recibe para gobernar? Este diario abordó con expertos estos y otros interrogantes.
Relevancia y cercanía
Colombia también mira con atención lo que ocurrirá en esta jornada. ¿Afectará o beneficiará la eventual política de Estado impulsada por alguno de estos dos personajes? Para Teodoro Bustamante, docente de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), los cambios políticos entre Ecuador y su vecino no serían muy notorios, incluso con Lasso en el poder.
“Sea como sea, Ecuador debe tener una relación de colaboración con Colombia. Sería más fuerte con Lasso, en el sentido en que el modelo económico que propone es similar al que se implementa actualmente en el vecino, y por lo tanto podría haber más formas de cooperación. Pero no creo que pueda variar sustancialmente la postura ecuatoriana frente a Colombia, no hay mucho margen”, explicó.
Más aún, el académico recalca que durante la era de Rafael Correa, y concretamente desde que Juan Manuel Santos llegó al poder, la relación entre los dos países se ha ido apaciguando. “Hubo una política de acercamiento, y creo
que esta se mantendrá en los dos casos”, agregó.
Felipe Zarama, coordinador operativo del Observatorio de Política y Estrategia en América Latina (Opeal), coincidió: “en ambos casos habría mayor continuidad que ruptura o cambio frente a lo que está realizando el gobierno de Correa. Pareciera que en los últimos años ambos países se han beneficiado del acercamiento en sus relaciones y que el mecanismo binacional ha funcionado muy bien para resolver temas puntuales y desarrollar la agenda bilateral”.
No obstante, existen en opinión de Zarama elementos que podrían perturbar las relaciones durante el próximo periodo presidencial en Ecuador: los cultivos ilícitos, la política comercial ecuatoriana y la presión diplomática colombiana sobre Venezuela.
“Un factor que puede perturbar esa relación es el caso venezolano. Colombia está haciendo parte en la OEA, así sea de manera algo tímida, del grupo de países que está pidiendo que Venezuela rectifique su comportamiento y que se ciña a reglas mínimas, que incluyen cumplir con un calendario electoral. En ese sentido, en caso de que sea elegido Lenín Moreno, el tema venezolano podría ser un perturbador de los nexos entre ambos países. Pero tal vez un escenario así no llegue a mayores, dado que el mecanismo binacional ha funcionado muy bien para resolver desacuerdos”, argumentó.
“En cuanto a la política comercial ecuatoriana, es claro que el país vecino ha aplicado ciertas salvaguardas a las importaciones colombianas, algo que causa tensiones. Quizá
con Moreno este tema tendrá una continuidad evidente, mientras que Lasso intentaría adoptar una política más abierta. No obstante, la dolarización de la economía local restringe una apertura completa al implicar una menor competitividad de los productos ecuatorianos”, dijo.
Por último, para Zarama siempre será delicado el tema del narcotráfico y los cultivos ilícitos en la relación bilateral: “Esto incluye también los efectos que pueda dejar el posconflicto, porque no todos serían positivos y hay riesgos. Además la frontera es un territorio poroso en cuanto al crimen transnacional”.
81% de participación tuvo la primera vuelta de las elecciones ecuatorianas.
13 provincias dejaron ganador a Moreno durante la primera ronda, 11 a Lasso.
Polarización
De cualquier forma, con los vecinos pendientes de lo que ocurra, los ecuatorianos acuden a las urnas entre elementos que indican que el optimismo con el que iniciaron los opositores la campaña ha quedado en entredicho en los últimos días.
Más aún, la polarización es evidente en las calles, algo que sufrió el propio Lasso tras ver el partido Ecuador - Colombia en el estadio Atahualpa. Una turba furiosa le lanzó a la salida vuvuzelas y botellas entre gritos de “¡lárgate chulquero (usurero)!” y “¡banquero ladrón!” —en referencia a su trayectoria en el
sector financiero y su vinculación con la crisis de 1999—.
Distintos videos registraron el altercado, que Lasso atribuyó horas después a “mercenarios extranjeros”.
“Si no fuera por el oportuno apoyo de la Policía Nacional, otra sería hoy la historia. Con mi cuerpo tuve que proteger a mi esposa, proteger su cabeza, recibí muchos golpes en la cabeza con piedras, con palos”, dijo al canal Ecuavisa.
El lenguaje, de hecho, y tal como advierten expertos, escaló en las últimas semanas de una campaña que se tornó polarizada. ¿Cuál es el motivo?
“La polarización venía desde antes y fue inducida por el gobierno. El hecho de que Correa haya definido sus políticas como una revolución ciudadana, encarna ya una visión polarizada. Es decir, quienes se oponen al cambio son rivales, en el mejor de los casos”, explicó Zarama.
“De allí el lenguaje contra los medios y políticos de oposición, que ha escalado en las últimas semanas y pudo causar el episodio del estadio Atahualpa. Pero los opositores también han elevado el tono en los últimos días y cayeron en el mismo terreno de las descalificaciones y la guerra sucia. Prueba de ello es el lema de ‘no queremos que Ecuador se vuelva Venezuela’, y el explotar la figura de Lilian Tintori tanto como el incidente de su deportación. La comparación con la crisis venezolana está fuera de lugar, comenzando porque Correa respeta el cronograma electoral y dio un paso al costado”, añadió.
Pesimismo opositor
Las últimas encuestas publicadas dan ganador a Lenín Moreno sobre el opositor. La más pesimista para el oficialismo, la de Cedatos, deja al correísta ganador por 5 puntos porcentuales, con 52 % frente a 47 % para Guillermo Lasso. Respectivamente, Perfiles de Opinión augura un resultado de 49 % frente a 36 %, y Diagnóstico 48 % frente a 37 %.
¿Fracasó la oposición en su intento de dar un frente unido para vencer al correísmo? En diálogo con EL COLOMBIANO, el exdiputado César Rodríguez dirigente del partido Fuerza
Ecuador, se mostró pesimista:
“No se ve a la oposición trabajando en equipo. Es bien complicado, no veo que se haya logrado una unidad real para trabajar de manera efectiva. Me parece que el diseño de alianzas y acuerdos en este último tramo por parte de Lasso, con un exceso de triunfalismo, no tuvo un manejo adecuado”.
La previsión tampoco está bien para ellos desde el Parlamento. La izquierda obtuvo mayoría en la Asamblea Na- cional: “el desafío será más bien resistir la profundización del modelo de Correa. Habrá otros escenarios sin mayoría en el Legislativo. La situación es complicada”, agregó.
El politólogo Bustamante deja espacio a la duda para la segunda vuelta: “hay un exceso de información en esta campaña en Ecuador, muy contradictoria. De modo que no sabemos que va a pasar hoy”.
Sea como sea, la cita a la que acude el país es clave para saber cuál será su futuro