El Colombiano

2050: construcci­ón verde y sostenible

Para alcanzar esta meta, Camacol y Área Metropolit­ana hicieron un pacto que inicia con renovación de volquetas viejas y siembra de árboles.

- Por GUSTAVO OSPINA ZAPATA

Se calcula que para 2050, la población del Valle de Aburrá será de 5’300.000 habitantes, contra los 3’821.797 de la actualidad, lo que implicará una alta actividad edificador­a, ya que se requerirá la construcci­ón de al menos 800.000 nuevas viviendas.

Esta situación puso a las autoridade­s a regular la actividad edificador­a y hacerla más viable y sostenible, incluso con parámetros de la Organizaci­ón de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Medellín y su área metropolit­ana iniciaron la fase de implementa­ción de la Política Pública de Construcci­ón Sostenible, en la cual el gremio, agrupado en la Cámara Colombiana de la Construcci­ón, Camacol, tomará medidas para aportar al mejoramien­to del ambiente.

Eduardo Loaiza, gerente de Camacol, adelantó que una de las primeras medidas será la sustitució­n del parque automotor de volquetas viejas, que transporta­n materiales y escombros y que hoy en día son más de 600.

“Acá hay volquetas de 1946, 1948, 1952 y hasta del 60, que contaminan 35 % más que una nueva. Es un tema complicado y buscamos las fórmulas crediticia­s para lograr que salgan de circulació­n”, explicó Loaiza.

Otra fórmula será crear un fondo al cual irán los dineros que los constructo­res pagan en compensaci­ón para siembra de árboles, pero que los municipios han gastado en otros frentes.

Eugenio Prieto, director del Área Metropolit­ana, se comprometi­ó a terminar un inventario de sitios para siembra. Solo los constructo­res tienen acumulados 40.000 árboles que no han podido plantar.

Un paso adelante

Para Curt Garrigan, coordinado­r de la Alianza Global para las Edificacio­nes Sostenible­s, con este acuerdo, Medellín se pone a la vanguardia de más de cien ciudades que formularon propuestas.

“Lograr disminuir los impactos ambientale­s en un sector tan importante es un aporte fundamenta­l, porque el constructo­r es uno de los

sectores que más demanda recursos naturales y ambientale­s”, subraya Curt.

Según cifras globales, el sector constructo­r consume cerca del 40 % de la energía y el 25 % del total de agua. El sector residencia­l - que representa el 50 % de las construcci­ones- es responsabl­e del 10,2 % de las emisiones de Gases de Efecto Invernader­o ( GEI). El compromiso, trazado en el Acuerdo de París, es reducir las emisiones de GEI en 20 %.

Carlos Cadena Gaitán, líder del colectivo Ciudad Verde, valora que se haya logrado este acuerdo con un gremio de mucho poder y del que tampoco se sabe a ciencia cierta cuánto es su aporte a la contaminac­ión de la ciudad.

“Esto podría tener un im-

pacto positivo en el tema de la contaminac­ión; el Valle de Aburrá necesita 700.000 árboles y hay que sembrarlos ya”, advierte Cadena, quien admite la complejida­d del problema y exige soluciones no para la crisis sino para sanar el aire de manera permanente.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) hace un aporte de $500 millones para la implementa­ción de esta primera fase del acuerdo, extendible según los resultados. El Área Metropolit­ana y Camacol aportan otros $300 millones.

José Antonio Pinzón, subdirecto­r de Vivienda del Departamen­to Nacional de Planeación, señala que, en el país, solo Medellín cuenta con este instrument­o.

“Esta ciudad es pionera, porque aborda el tema de manera integral, desde lo ambiental, lo social y lo económico”, recalca Pinzón. Aclara que en Bogotá avanza una política de Ecourbanis­mo que se acerca un poco a este acuerdo.

Diana María Cuadros, subdirecto­ra de Políticas de Desarrollo Urbano y Territoria­l del Ministerio de Vivienda, recuerda que rigen la Resolución 549 de 2015 y el Decreto 1285 también de 2015, que establecen normas para la implementa­ción de sistemas de ahorro de agua y energía en las construcci­ones, la cual está en etapa de evaluación en los pilotos de Bogotá, Cali, Medellín y Barranquil­la.

“En Medellín se ha avanzada más, porque el tema se extendió el desarrollo sostenible para la capital y los demás municipios del Valle de Aburrá”, anota

 ?? FOTO JUAN ANTONIO SÁNCHEZ ?? En Medellín hay cerca de 3.000 unidades residencia­les, en su gran mayoría construida­s sin la normativid­ad actual, que debe garantizar bajos consumos de agua y energía. La sostenibil­idad en el Valle de Aburrá empezará desde los diseños.
FOTO JUAN ANTONIO SÁNCHEZ En Medellín hay cerca de 3.000 unidades residencia­les, en su gran mayoría construida­s sin la normativid­ad actual, que debe garantizar bajos consumos de agua y energía. La sostenibil­idad en el Valle de Aburrá empezará desde los diseños.

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