“Me voy del Teatro Pablo Tobón, por una razón de la que me siento orgulloso…”
Hace un par de días nos llegó la noticia de la decisión de la salida de Sergio Restrepo de la dirección del Teatro Pablo Tobón Uribe. Esta directriz fue tomada por la junta directiva del teatro, integrada por Alcaldía de Medellín, Gobernación de Antioquia, Caja de Compensación Familiar Comfenalco, Sociedad de Mejoras Públicas y Asociación Nacional de Industriales (ANDI). Evidentemente esta decisión nos deja en shock a muchos, precisamente porque las cosas con el Teatro desde unos años para acá han funcionado bien, para los músicos y para el público. Pues no es un misterio, el Teatro Pablo Tobón Uribe estuvo muerto para toda la ciudad por mucho tiempo y la propuesta de Sergio Restrepo revitalizó este lugar y lo llenó de música de todo tipo, el Teatro tomó el color y sonido del hip hop, la música clásica, el rock, la zarzuela, el punk y metal, la ópera y música colombiana, sin dejar de hablar del teatro y la danza. Fuera de eso, permitió el ingreso de las melenas, crestas y dreadlocks, las gorras y sombreros, el cuero y la gamuza, dando como resultado un espacio para el arte incluyente, un teatro para todos con las puertas siempre abiertas. Y después de ese panorama alentador, se toma esta decisión y nos aclara y reafirma que el problema estructural del país es la cultura. “Yo no quepo ahí” “Me voy por una razón de la que me siento orgulloso…No voy a dejar de ser Sergio Restrepo” Eso dijo Sergio al dejar su cargo. Sergio Restrepo se va orgulloso del Teatro Pablo Tobón Uribe, y ¿saben por qué?, porque hizo las cosas bien, porque cumplió con eso de convertir el proyecto en un centro cultural de puertas abiertas, y no solo el Teatro, sino todo el centro de la ciudad que empezó a girar entorno al arte gracias a su gestión. Quizá muera un espacio para la extensa diversidad musical en la ciudad y el país, quizá vuelva la segregación sonora al Teatro Pablo Tobón Uribe, pero hoy, por lo menos, nace una nueva posibilidad de reconocer a Sergio como un líder que no se dejó comprar, que impulsó no solo un centro cultural, sino la cultura en toda su expresión, que le abrió las puertas al centro y nos invitó a caminarlo. Sus acciones diarias siempre tenían el amor que tiene un ciudadano por su ciudad, más que el de un director por perpetuarse o por ganar reconocimiento, su mensaje es coherente y consecuente con alguien que no está conforme con su realidad y que no se permite estar en silencio. Esperamos que Sergio ahora se ponga al frente de más espacios, más proyectos de ciudad. Solo por hoy basta con decirle gracias desde el corazón, desde la música, desde el teatro, la danza y las artes escénicas en general. Gracias por tu testarudez y por brindarle posibilidades diferentes a esta ciudad y como siempre, te seguimos esperando.