El Colombiano

Se viven días de represión y disturbios en Venezuela

Reiteradas protestas, las intransige­ncia del chavismo y un enfrentami­ento cada vez mayor mantienen al país lejos de hallar salidas a su crisis.

- Por DANIEL ARMIROLA R. EFE

Por quinta vez consecutiv­a, la fuerza pública del régimen impidió a manifestan­tes opositores el paso al centro de Caracas. Entretanto, expertos señalan la creciente ruptura del chavismo.

La oposición no puede llegar a las sedes de la institucio­nalidad venezolana en Caracas. Por más que, durante diez días que lleva en la calle protestand­o, haya intentado repetidame­nte acceder al centro de la ciudad, en cinco ocasiones fue repelida por las autoridade­s. Con gases lacrimógen­os, perdigones o incluso golpes con bolillos; el chavismo se atornilla como puede a su control del Estado.

Mientras se ven sucesos similares en las principale­s urbes de Venezuela, el presidente del país, Nicolás Maduro, se mostró dispuesto a realizar elecciones regionales —mismas que su gobierno aplazó indefinida­mente en octubre de 2016— para intentar calmar a la gente.

¿Están cerradas las salidas para la nación vecina o, por el contrario, muestran las recientes acciones del régimen que la estrategia opositora e internacio­nal está funcionand­o? EL COLOMBIANO abordó con expertos estos y otros interrogan­tes.

Más represión a las marchas

En los últimos diez días, la intención de los opositores y la ciudadanía descontent­a en Caracas era llegar a la sede del Tribunal Supremo de Justicia para manifestar­se contra la poca o nula separación de poderes que perciben en el país, y que fue evidente en hechos como los del pasado 30 de marzo, cuando el máximo ente judicial asumió las funciones del Legislativ­o —aunque luego matizara su decisión tras la reacción de rechazo internacio­nal—.

Pero como en días anteriores, ayer, decenas de miembros de la Policía Nacional Bolivarian­a (PNB) y la Guardia Nacional Bolivarian­a (GNB) cerraron nuevamente los accesos al municipio caraqueño Libertador.

“Manifestan­tes son reprimidos con bombas lacrimógen­as por cuerpos de seguridad”, aseguró en Twitter la Mesa de la Unidad Democrátic­a (MUD).

La marcha inició a las 10:00 de la mañana hora local, en la plaza Brión de Chacaíto, en el este de Caracas, y se dirigió hacia el oeste sin que el rumbo de la movilizaci­ón fuera aclarado por sus dirigentes, al menos ante los medios.

No avanzó mucho cuando

empezaron los enfrentami­entos entre encapuchad­os y la PNB. Mientras manifestan­tes pacíficos se retiraban de la zona de los disturbios, el gobernador del estado Miranda y excandidat­o presidenci­al Henrique Capriles dijo al canal Vivo Play: “aquí lo que hay es represión, más nada. El gobierno sigue el paquete del autogolpe, creen que así, con represión, es la forma de resolver la crisis”.

Mientras el régimen se atornilla al poder mediante el uso de fuerza policial, las marchas de los últimos días abren espacio para varias preguntas. En primer lugar, ¿servirán para algo?

Para Nelly Arenas, docente de Ciencias Políticas de la Universida­d Central de Venezuela, hay un panorama de incertidum­bre frente al futuro en el país vecino.

“Los acontecimi­entos políticos cambian con mucha veloci-

dad, por lo que es difícil anticipar un escenario. Hay mucha incertidum­bre. El régimen está dispuesto a jugarse todo por la vía de la represión. Pareciera que estuviera dispuesto a desafiar la animadvers­ión internacio­nal y hay mucha disposició­n a desplegar una represión que los venezolano­s no habían visto. No sé a que pueda conducir toda esa radicaliza­ción”, dijo.

“La agenda opositora, entretanto, no tiene macha atrás. A menos que, como pide Elías Jaua, encarcelen a todo el liderazgo de la MUD”, agregó

¿Debilidad o pantallazo?

Más allá de las marchas acostumbra­das, el verdadero hecho sorpresivo surgió de los comentario­s del propio Maduro el domingo, en un acto en Barquisime­to: “Yo estoy ansioso por que se convoquen las elecciones de gobernador­es y alcaldes para darles una pela a esa gente”.

¿Implica su comentario un signo de debilidad ante la presión local e internacio­nal? ¿o no pasa de un pantallazo para intentar calmar el descontent­o? Arenas respondió que “ahí puede haber alguna presión de algún estamento o facción dentro del oficialism­o para celebrar algún evento electoral, en especial las aplazadas regionales, para atenuar las críticas”.

“Eso demuestra que ha funcionado la presión de la comunidad internacio­nal, tal vez el factor más efectivo para esto”, agregó.

¿Qué tan posible puede ser esa versión que apunta a un creciente fraccionam­iento del chavismo? Para Jesús Castillo Molleda, politólogo y docente de la Universida­d del Zulia, “públicamen­te no es visible el fraccionam­iento. La fiscal general Luisa Ortega no ha vuelto a hablar. Es cierto que hay sectores que ya están haciendo críticas. Pero por el momento no actúan. Eso le permite al gobierno seguir en sus políticas. Hay una sensación de que podría ocurrir una ruptura, pero aún no ha pasado”

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FOTO Dentro de la oposición, y a pesar de que las marchas han tenido en lo general un carácter pacífico, existen sectores radicales que han obstaculiz­ado también los objetivos de las mismas.

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