En regiones aumenta la intimidación de las bacrim
Los territorios que antes ocupaban las Farc están siendo rápidamente copados por los Gaitanistas.
Si hay algo a lo que le temen los habitantes de Bojayá, en Chocó, es que en su tierra vuelva a ocurrir lo que pasó en 2002, cuando 79 de los suyos murieron en medio de un enfrentamiento entre la guerrilla y los paramilitares, pero lo que se está cocinando en sus alrededores con la presencia de las bandas criminales, les recuerda con frecuencia aquella época funesta.
Leiner Palacios, representante de las víctimas de Bojayá, relata que “hay toda una avanzada del paramilitarismo en todas las comunidades del Baudó y el Atrato, por esta razón, la comunidad está muy afectada, tienen mucho miedo y se espera la respuesta pronta del Gobierno”.
Y no es que sean solo rumores entre los pobladores, varias comunidades indígenas y afrodescendientes se han desplazado durante las tres últimas semanas en Pie de Pató, Alto Baudó; y en Riosucio, Chocó, por los enfrentamientos entre las Autodefensas Gaitanistas, a los que el Gobierno llama ‘el Clan del Golfo’, y el Eln.
Secuestros en Bajo Baudó
La Defensoría del Pueblo denunció el secuestro del cinco indígenas en el Bajo Baudó, entre ellos tres menores de edad, ocurrido el pasado 8 de abril. Ayer fueron dejados en libertad dos de ellos.
“Estas personas hacen parte de una familia de la comunidad indígena de Cocalito, fueron retenidos mientras cazaban cerca de la comunidad, por fortuna fueron dejados en libertad, pero con la condición de presentarse ante ese grupo armado dentro de tres días, eso nos tiene preocupados pues no sabemos de las intenciones de esa gente”, afirmó Luis Murillo, defensor del pueblo en Chocó.
A pesar de esto, las autoridades y la Defensoría del Pueblo siguen sin pistas sobre el paradero de dos niñas menores de 15 años y un adulto, quienes habitan en la comunidad indígena de Bellaluz y que también fueron secuestradas por el mismo grupo armado ilegal.
“Sobre las menores y el adulto no tenemos información, solo sabemos que las Autodefensas Gaitanistas (Urabeños o Clan del Golfo) ingresaron al resguardo y se llevaron a estas tres personas, no sabemos con qué fin, pero para nosotros es un secuestro”, afirmó el defensor.
Actualmente, los mecanismos de búsqueda de las autoridades en Chocó están activados para ubicar a las personas secuestradas. La Defensoría del Pueblo expresó su preocupación, porque aseguran que en esa zona del norte de Chocó se incrementó la presencia de grupos armados ilegales, “por lo que el riesgo de explosivos, confinamiento o desplazamiento es cada vez más latente”.
La extorsión en el Nordeste
La Corporación de Acción Humanitaria para la Convivencia y la Paz del Nordeste Antioqueño, Cahucopana, denunció
“Los acontecimientos mencionados generan un estado de zozobra e inseguridad en la población civil que ha venido denunciando la presencia y vigilancia por parte de miembros de grupos armados ilegales que quieren posicionarse en la región”.
CAHUCOPANA
Denuncia pública
la presencia de ocho hombres vestidos de negro y con armas largas en la comunidad El Rastrojito, cerca al Resguardo Indígena Tagual – La Pó y a la Vereda Las Guaguas, en Segovia, quienes informaron “a los finqueros la obligación de pagar determinadas sumas de dinero en consideración a las tierras de su propiedad”. Lucía del Socorro Carvajal,
alcaldesa de Remedios, le dijo a EL COLOMBIANO que en la región la extorsión se volvió pan de cada día. “Aquí tenemos presencia de las Autodefensas Gaitanistas que cobran vacuna a los finqueros, a los
comerciantes, a los transportadores, ya no falta sino que cobren en las casas. Ellos están cobrando una cuota por cabeza de ganado, 12.000 pesos”. Carvajal reconoció que el Eln hace presencia en la zona, por lo que no sabría identificar el responsable de la incursión en el territorio