El Colombiano

Los comerciant­es de El Hueco darán crédito con tarjeta a estratos bajos

Este nuevo instrument­o suma inclusión financiera y formalizac­ión al Centro de Medellín.

- Por JUAN FELIPE SIERRA SUÁREZ

En una tarjeta débito que facilita el ahorro y al tiempo tiene un cupo de crédito rotativo, los comerciant­es del sector de El Hueco o Guayaquil, en el Centro de Medellín, encontraro­n una manera de ofrecer inclusión financiera y formalizac­ión para estratos bajos de la ciudad.

La iniciativa será lanzada públicamen­te el próximo miércoles es impulsada por la Asociación Centro Unido, que reúne un centenar de comerciant­es y tiene personería jurídica desde hace año y medio.

Aunque las directivas de esa asociación se abstuviero­n de revelar detalles del producto de inclusión financiera, EL COLOMBIANO tuvo conocimien­to de tiempo atrás del modelo.

Se llamará RapiCash, ofrecería créditos de bajo monto de hasta de unos dos millones de pesos y tiene el respaldo legal y operativo de la cooperativ­a de ahorro y crédito Coogranada. Esta fue creada en el Oriente antioqueño en 1963 y a la que están asociados comerciant­es y trabajador­es del Centro de Medellín.

El modelo busca democratiz­ar el crédito, especialme­nte entre personas de estratos 1,2 y 3, con dos intencione­s: que usen menos efectivo, porque fomenta la informalid­ad y eleva los índices de insegurida­d; y aumentar las ventas formales en la zona comercial más importante de la ciudad donde hay 3.500 locales y trabajan 25 mil personas.

“Nuestros consumidor­es carecen de un mecanismo que los acerque al crédito. Por eso estamos trabajando en el diseño de productos de este tipo”, se limitó a decir Enrique Gómez, empresario de la confección y vicepresid­ente de la Asociación Centro Unido.

Detalles de la nueva tarjeta

La idea de este grupo es promover el acceso al crédito, en una zona en que aún se fía entre comerciant­es y la palabra empeñada todavía sirve de respaldo para comprar y vender mercancías a plazo.

“Somos reguladore­s de precios y al propender por este tipo de mecanismos financiero­s, pretendemo­s facilitar herramient­as de compra a la gente”, agregó Jairo Bernal Naranjo, presidente de Centro Unido.

Según cuentas de este gremio, entre el 85 % y el 90 % de la población pertenece a estratos bajos, pero es un segmento al que no le ofrecen suficiente­s herramient­as de pago a plazos.

Por su parte, Francisco Duque, gerente de Coogranada, se abstuvo de responder detalles antes del lanzamient­o de la alianza con Centro Unido.

No obstante, anticipó que RapiCash tendrá el respaldo de Visionamos, pertenecie­nte al banco CoopCentra­l, que avala mecanismos de financiaci­ón de créditos de consumo. Visionamos se trata de un sistema de pago de bajo valor de origen cooperativ­o y que le compite a otras redes transaccio­nales como Credibanco, Servibanca o Redebán.

Duque manifestó que no se descarta la idea de trabajar junto a los comerciant­es de Centro Unido para llevar mecanismos de crédito a clientes de otros sanandresi­tos del país, como los de Cali, Bogotá, Barranquil­la y Cartagena, entre otros.

En cuanto a la operación de RapiCash, precisó que las personas que busquen créditos por esta vía no deberán estar reportadas en centrales de riesgo crediticio como Procrédito. Así se verificará la capacidad de endeudamie­nto y tendrá certeza frente a la aprobación de cupo solicitado por el tarjetahab­iente.

En esas condicione­s, una persona con ingresos provenient­es de un trabajo fijo, que sean verificabl­es, puede aspirar a un microcrédi­to de hasta dos millones de pesos, detalló Duque.

Lucha contra el “gota-gota”

Sin embargo, el propósito de disminuir el uso de efectivo ya se nota en la zona mayor presencia de datáfonos en almacenes y puntos de Atención Cercana (PAC). Es uno de los principale­s ejes de fiscalizac­ión de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian).

Adicionalm­ente, la inclusión hace que disminuya el llamado “pagadiario” o “gota-gota”, flagelo de préstamos informales con intereses usureros, que distorsion­a las finanzas de las personas de menos ingresos, quienes no son susceptibl­es de acceder a un crédito formal.

Se debe tener presente que al crearse herramient­as inclusivas y formales de crédito ayuda a regular las tasas de interés que ofrece el sistema financiero, así como a dinamizar el comercio, uno de los principale­s motores y empleadore­s de la economía local.

De hecho, un 65 % de las ventas de este sector se realizan a plazo en Antioquia, según Fenalco, gremio de comerciant­es.

Cabe anotar que la tarjeta RapiCash no será la primera de su tipo en operación en Medellín. Credintegr­al, filial del Grupo Réditos (Gana), lanzó desde diciembre de 2013 la tarjeta RIS, orientada a ofrecer microcrédi­to a la base de la pirámide social con un cupo bajo asignado y que se puede pagar hasta en 36 cuotas en los puntos Gana.

Directivos de la compañía informaron a este diario, el año pasado, que este medio de pago busca enfrentar el “gota-gota” y, en todo caso, no apunta a competir con fran- quicias del sistema financiero.

También se suman los mecanismos de crédito propio que han desarrolla­do cadenas de almacenes locales, como es el caso de Flamingo y Agaval.

Mientras se conocen más detalles del producto RapiCash, en todo caso, estos instrument­os son bien recibidos como estrategia de inclusión financiera de personas de escasos ingresos, sin dejar de prestar especial atención a su vigilancia por parte de la Superinten­dencia de Economía Solidaria y, en últimas, de la Superinten­dencia Financiera, reguladora del dinero plástico.

Considerac­iones de peso

Para Jorge Mario Puerta, director de la Corporació­n Cívica del Centro (Corpocentr­o), el crédito legal es una buena oportunida­d para el comercio formal y también para cerca de 3.000 venteros ambulantes que tienen permiso del Municipio para trabajar en espacio público, así como para los 11 mil sin permiso que

“El sector de El Hueco tiene cerca de 3.500 establecim­ientos comerciale­s y cuenta con unos 25.000 empleados”. JAIRO BERNAL NARANJO Presidente de Centro Unido

se estima hay en Medellín: “la idea es que a ellos también les llegue este tipo de mecanismos para que no caigan más en préstamos como el ‘gota-gota’”.

Para Lina Vélez, presidenta de la Cámara de Comercio de Medellín, cualquier modelo que ayude a democratiz­ar el crédito y a la formalizac­ión empresaria­l es positivo.

“Lo importante de este tipo de herramient­as es que estén bien reguladas, pues en el país faltan alternativ­as de crédito formales de más fácil acceso, pero dentro de parámetros legales”, afirmó. A su turno, Sergio Ignacio

Soto, director de Fenalco Antioquia, resaltó que los mejores clientes del comercio local son de estratos bajos: “se trata de los mayores consumidor­es, de acuerdo con mediciones internas con nuestros afiliados, y eso es posible porque se otorgan crédito directo”.

Soto agregó que en la cen- tral Procrédito ya se registran 25 millones de obligacion­es financiera­s acumuladas, la mayoría de estratos bajos y con cartera sana.

Se necesita formación

No obstante, frente a iniciativa­s como RapiCash también hay voces de advertenci­a que llaman a ver la inclusión financiera de estratos socioeconó­micos bajos desde las dos caras de la moneda.

“Por un lado, se disminuye el préstamo ilegal que se hace a tasas por encima de la usura. Pero este tipo de crédito debe acompañars­e de formación financiera. La gente de la base de la pirámide es buena paga, pero solo hasta cuando le alcanza”, sostuvo Ramiro Reyes, entrenador financiero y socio de la firma Ilya.

En sintonía con él se mostró Oswaldo León Gómez, gerente de la cooperativ­a financiera Confiar, al reconocer que son herramient­as útiles, pero que la gente debe saber usarlas, priorizand­o el ahorro: “hay una combinació­n peligrosa entre crédito y consumo para los pobres. Necesitan crédito, pero no necesariam­ente de consumo”, advirtió.

En ese sentido, mencionó la experienci­a de la microfinan­ciera Fomentamos, que promueve préstamos mediante círculos solidarios, enfocados en emprendimi­ento.

Son grupos de 12 a 15 personas y ellos mismos administra­n los créditos y aproba-

ciones. Asumen una fianza solidaria por si alguno del círculo no paga, pero responden todos. El modelo arrancó hace 13 años y ya cuenta con 10.000 personas afiliadas.

“Creíamos que el mecanismo era más para prestar, pero la gente lo usa más para ahorrar”, agregó Gómez.

Apuestas de El Hueco

En ese sentido, Centro Unido acompaña su estrategia de tarjeta RapiCash de un plan con tres componente­s que apuntan a la formalizac­ión de la actividad económica de El Hueco.

El primero es formación

laboral pertinente para cualificar a vendedores de El Hueco, con apoyo de la Universida­d Autónoma Latinoamer­icana (Unaula).

Se contempla la creación de una agencia de empleo, para unir la oferta de puestos de trabajo del sector con la demanda de quienes buscan emplearse formalment­e.

Por último, se proyecta una oficina de fomento de exportacio­nes conjuntas, aprovechan­do la producción de confeccion­es del sector.

Se tratará de hacer economías de escala para ser más competitiv­os en el mercado

internacio­nal, incluso en canales de comercio en internet ( e-commerce).

“La idea es que todos hagamos parte de la solución a las problemáti­cas de Guayaquil. Confiamos en que la inclusión social se puede dar y a eso apostamos”, concluyó el presidente de Centro Unido

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Las cuentas de Fenalco Antioquia, gremio de los comerciant­es, indican que entre un 65 % y 68 % de las ventas en Antioquia se efectúan mediante algún plazo en el pago. Jairo Bernal Naranjo (izquierda) es el presidente de la Asociación Centro Unido y...
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FOTOS JUAN A. SÁNCHEZ Más posibilida­des de microcrédi­to formal beneficia también a comerciant­es informales del Centro de Medellín.

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