Los comerciantes de El Hueco darán crédito con tarjeta a estratos bajos
Este nuevo instrumento suma inclusión financiera y formalización al Centro de Medellín.
En una tarjeta débito que facilita el ahorro y al tiempo tiene un cupo de crédito rotativo, los comerciantes del sector de El Hueco o Guayaquil, en el Centro de Medellín, encontraron una manera de ofrecer inclusión financiera y formalización para estratos bajos de la ciudad.
La iniciativa será lanzada públicamente el próximo miércoles es impulsada por la Asociación Centro Unido, que reúne un centenar de comerciantes y tiene personería jurídica desde hace año y medio.
Aunque las directivas de esa asociación se abstuvieron de revelar detalles del producto de inclusión financiera, EL COLOMBIANO tuvo conocimiento de tiempo atrás del modelo.
Se llamará RapiCash, ofrecería créditos de bajo monto de hasta de unos dos millones de pesos y tiene el respaldo legal y operativo de la cooperativa de ahorro y crédito Coogranada. Esta fue creada en el Oriente antioqueño en 1963 y a la que están asociados comerciantes y trabajadores del Centro de Medellín.
El modelo busca democratizar el crédito, especialmente entre personas de estratos 1,2 y 3, con dos intenciones: que usen menos efectivo, porque fomenta la informalidad y eleva los índices de inseguridad; y aumentar las ventas formales en la zona comercial más importante de la ciudad donde hay 3.500 locales y trabajan 25 mil personas.
“Nuestros consumidores carecen de un mecanismo que los acerque al crédito. Por eso estamos trabajando en el diseño de productos de este tipo”, se limitó a decir Enrique Gómez, empresario de la confección y vicepresidente de la Asociación Centro Unido.
Detalles de la nueva tarjeta
La idea de este grupo es promover el acceso al crédito, en una zona en que aún se fía entre comerciantes y la palabra empeñada todavía sirve de respaldo para comprar y vender mercancías a plazo.
“Somos reguladores de precios y al propender por este tipo de mecanismos financieros, pretendemos facilitar herramientas de compra a la gente”, agregó Jairo Bernal Naranjo, presidente de Centro Unido.
Según cuentas de este gremio, entre el 85 % y el 90 % de la población pertenece a estratos bajos, pero es un segmento al que no le ofrecen suficientes herramientas de pago a plazos.
Por su parte, Francisco Duque, gerente de Coogranada, se abstuvo de responder detalles antes del lanzamiento de la alianza con Centro Unido.
No obstante, anticipó que RapiCash tendrá el respaldo de Visionamos, perteneciente al banco CoopCentral, que avala mecanismos de financiación de créditos de consumo. Visionamos se trata de un sistema de pago de bajo valor de origen cooperativo y que le compite a otras redes transaccionales como Credibanco, Servibanca o Redebán.
Duque manifestó que no se descarta la idea de trabajar junto a los comerciantes de Centro Unido para llevar mecanismos de crédito a clientes de otros sanandresitos del país, como los de Cali, Bogotá, Barranquilla y Cartagena, entre otros.
En cuanto a la operación de RapiCash, precisó que las personas que busquen créditos por esta vía no deberán estar reportadas en centrales de riesgo crediticio como Procrédito. Así se verificará la capacidad de endeudamiento y tendrá certeza frente a la aprobación de cupo solicitado por el tarjetahabiente.
En esas condiciones, una persona con ingresos provenientes de un trabajo fijo, que sean verificables, puede aspirar a un microcrédito de hasta dos millones de pesos, detalló Duque.
Lucha contra el “gota-gota”
Sin embargo, el propósito de disminuir el uso de efectivo ya se nota en la zona mayor presencia de datáfonos en almacenes y puntos de Atención Cercana (PAC). Es uno de los principales ejes de fiscalización de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian).
Adicionalmente, la inclusión hace que disminuya el llamado “pagadiario” o “gota-gota”, flagelo de préstamos informales con intereses usureros, que distorsiona las finanzas de las personas de menos ingresos, quienes no son susceptibles de acceder a un crédito formal.
Se debe tener presente que al crearse herramientas inclusivas y formales de crédito ayuda a regular las tasas de interés que ofrece el sistema financiero, así como a dinamizar el comercio, uno de los principales motores y empleadores de la economía local.
De hecho, un 65 % de las ventas de este sector se realizan a plazo en Antioquia, según Fenalco, gremio de comerciantes.
Cabe anotar que la tarjeta RapiCash no será la primera de su tipo en operación en Medellín. Credintegral, filial del Grupo Réditos (Gana), lanzó desde diciembre de 2013 la tarjeta RIS, orientada a ofrecer microcrédito a la base de la pirámide social con un cupo bajo asignado y que se puede pagar hasta en 36 cuotas en los puntos Gana.
Directivos de la compañía informaron a este diario, el año pasado, que este medio de pago busca enfrentar el “gota-gota” y, en todo caso, no apunta a competir con fran- quicias del sistema financiero.
También se suman los mecanismos de crédito propio que han desarrollado cadenas de almacenes locales, como es el caso de Flamingo y Agaval.
Mientras se conocen más detalles del producto RapiCash, en todo caso, estos instrumentos son bien recibidos como estrategia de inclusión financiera de personas de escasos ingresos, sin dejar de prestar especial atención a su vigilancia por parte de la Superintendencia de Economía Solidaria y, en últimas, de la Superintendencia Financiera, reguladora del dinero plástico.
Consideraciones de peso
Para Jorge Mario Puerta, director de la Corporación Cívica del Centro (Corpocentro), el crédito legal es una buena oportunidad para el comercio formal y también para cerca de 3.000 venteros ambulantes que tienen permiso del Municipio para trabajar en espacio público, así como para los 11 mil sin permiso que
“El sector de El Hueco tiene cerca de 3.500 establecimientos comerciales y cuenta con unos 25.000 empleados”. JAIRO BERNAL NARANJO Presidente de Centro Unido
se estima hay en Medellín: “la idea es que a ellos también les llegue este tipo de mecanismos para que no caigan más en préstamos como el ‘gota-gota’”.
Para Lina Vélez, presidenta de la Cámara de Comercio de Medellín, cualquier modelo que ayude a democratizar el crédito y a la formalización empresarial es positivo.
“Lo importante de este tipo de herramientas es que estén bien reguladas, pues en el país faltan alternativas de crédito formales de más fácil acceso, pero dentro de parámetros legales”, afirmó. A su turno, Sergio Ignacio
Soto, director de Fenalco Antioquia, resaltó que los mejores clientes del comercio local son de estratos bajos: “se trata de los mayores consumidores, de acuerdo con mediciones internas con nuestros afiliados, y eso es posible porque se otorgan crédito directo”.
Soto agregó que en la cen- tral Procrédito ya se registran 25 millones de obligaciones financieras acumuladas, la mayoría de estratos bajos y con cartera sana.
Se necesita formación
No obstante, frente a iniciativas como RapiCash también hay voces de advertencia que llaman a ver la inclusión financiera de estratos socioeconómicos bajos desde las dos caras de la moneda.
“Por un lado, se disminuye el préstamo ilegal que se hace a tasas por encima de la usura. Pero este tipo de crédito debe acompañarse de formación financiera. La gente de la base de la pirámide es buena paga, pero solo hasta cuando le alcanza”, sostuvo Ramiro Reyes, entrenador financiero y socio de la firma Ilya.
En sintonía con él se mostró Oswaldo León Gómez, gerente de la cooperativa financiera Confiar, al reconocer que son herramientas útiles, pero que la gente debe saber usarlas, priorizando el ahorro: “hay una combinación peligrosa entre crédito y consumo para los pobres. Necesitan crédito, pero no necesariamente de consumo”, advirtió.
En ese sentido, mencionó la experiencia de la microfinanciera Fomentamos, que promueve préstamos mediante círculos solidarios, enfocados en emprendimiento.
Son grupos de 12 a 15 personas y ellos mismos administran los créditos y aproba-
ciones. Asumen una fianza solidaria por si alguno del círculo no paga, pero responden todos. El modelo arrancó hace 13 años y ya cuenta con 10.000 personas afiliadas.
“Creíamos que el mecanismo era más para prestar, pero la gente lo usa más para ahorrar”, agregó Gómez.
Apuestas de El Hueco
En ese sentido, Centro Unido acompaña su estrategia de tarjeta RapiCash de un plan con tres componentes que apuntan a la formalización de la actividad económica de El Hueco.
El primero es formación
laboral pertinente para cualificar a vendedores de El Hueco, con apoyo de la Universidad Autónoma Latinoamericana (Unaula).
Se contempla la creación de una agencia de empleo, para unir la oferta de puestos de trabajo del sector con la demanda de quienes buscan emplearse formalmente.
Por último, se proyecta una oficina de fomento de exportaciones conjuntas, aprovechando la producción de confecciones del sector.
Se tratará de hacer economías de escala para ser más competitivos en el mercado
internacional, incluso en canales de comercio en internet ( e-commerce).
“La idea es que todos hagamos parte de la solución a las problemáticas de Guayaquil. Confiamos en que la inclusión social se puede dar y a eso apostamos”, concluyó el presidente de Centro Unido