¿ESTAMOS PREPARADOS?
En su libro titulado “La Cuarta Revolución Industrial”, Klaus
Schwab, fundador y CEO del Foro Económico Mundial, alerta sobre los grandes cambios y tendencias que dominarán el mun- do en las próximas dos décadas, para lo cual estar preparados significa poder convertir los desafíos en verdaderas oportunidades. América Latina, y por supuesto Colombia, siempre han llegado tarde a las revoluciones industriales. La primera revolución fue dominada por los motores de vapor, la segunda por la irrupción de la electricidad y la tercera por los computadores, los semiconductores y el Internet. La cuarta que estamos empezando a vivir será liderada por el Internet de las Cosas, la Inteligencia Artificial, la Impresión en 3D y 4D, la nanotecnología, la robótica, el almacenamiento de energía y los vehículos autónomos, entre otros. Llegar tarde implica no tener capacidad de insertarnos en las cadenas de valor asociadas con estos sectores y ser consumidores netos de estos productos provenientes de otro lado.
Estas tecnologías traerán consecuencias inevitables. La impresión en 3D y 4D cambiarán para siempre la industria manufacturera, los vehículos autónomos revolucionarán el transporte y por cuenta de la robótica y la inteligencia artificial desaparecerán decenas de empleos incluidos los operadores de call centers, contadores, auditores, avaluadores de seguros, secretarias administrativas, corredores de bienes raíces, mensajeros, árbitros y conductores. El “blockchain” modificará la industria financiera y la biología sintética con el secuenciamiento generalizado del ADN traerá aceleradas disrupciones en la medicina.
Según los propios vaticinios de Schwab para el año 2025 el 10 por ciento de la población tendrá prendas de vestir conectadas al Internet, tendremos cerca de un trillón de dispositivos con transferencia de información sensible a la red, habremos conocido el primer farmaceuta robótico y el 30 por ciento de las auditorías corporativas en los EE. UU. serán adelantadas por inteligencia artificial.
¿Colombia cómo se está preparando? Parece que estas tecnologías y el futuro no son parte de la discusión. Como de costumbre queremos ignorar el cambio o lo que es peor, pretendemos que la política ataje la tecnología. Seguir así es un error.
Necesitamos un sistema educativo que desarrollo habilidades cognitivas y no cognitivas con igual importancia. Debemos expandir como nunca la educación preescolar que hoy es privilegio de pocos y darle a este enfoque inicial el complemento de una jornada completa donde junto a la formación en matemáticas, ciencias y lenguaje (el énfasis de las pruebas PISA) podamos brindar formación tecnológica, creativa, cultural, deportiva y analítica. Con este enfoque es nuestro deber prevenir la lamentable deserción del 50 por ciento que se vive en la educa- ción superior y formar para nuevas profesiones donde el sello del talento haga la diferencia.
Nuestro otro reto está en pasar de una economía dominada por las exportaciones de materias primas y donde nuestros productos que se comercializan se distingan por su bajo valor agregado tecnológico a un país que le apuesta a ser parte de las cadenas mundiales de valor con una inversión relevante en investigación y desarrollo. Hacer esto implica tener un modelo tributario que incentive el emprendimiento y la transformación productiva, eliminando figuras tan perniciosas como la renta presuntiva y diferenciando tarifas para las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas.
Colombia necesita enfrentar los desafíos del presente sin perder de vista lo que requerimos para ser ganadores en la Cuarta Revolución Industrial. No ver esta realidad es un lujo que no nos podemos dar