Chimpacé Cecilia vive libre en Brasil
La chimpancé Cecilia nunca sintió lo que era poner los pies sobre la tierra, solo conocía el cemento del zoológico argentino donde nació veinte años atrás.
Hoy respira aire fresco en un santuario en Brasil, rodeada de otros de su especie para superar el “infierno” que padeció en el pasado.
Tras su primera semana en el Santuario natural de Sorocaba, en el interior del estado de Sao Paulo, Cecilia ya se muestra activa y curiosa en su nueva casa, aunque aún guarda las distancias con el equipo veterinario que analiza su comportamiento de cerca mientras cumple el periodo de cuarentena.
“Está muy desconfiada todavía”, asegura el cubano Pe
dro Alejandro Ynterian, propietario de este refugio que alberga, entre otros animales, a otro medio centenar de chimpancés, todos rescatados del circo o zoológicos insalubres.
Por un instante, Cecilia sale de su cuarto para saber
quién ha llegado. Se pasea libremente por los dos módulos que tiene a su disposición y mira por las ventanas, como si todavía no creyera dónde está.
“Su capacidad de adaptarse es muy grande o su deseo de hacerlo, pero aún tiene mucho miedo de regresar al infierno en el que vivía. Cuando escucha un motor o algún camión, se esconde” porque cree que se la van a llevar de vuelta, explica el director del refugio Ynterian.
En los 20 años de su vida, Cecilia estuvo “expuesta” en un cubículo de un zoológico de Mendoza ( Argentina), el cual fue cerrado al público el año pasado tras una serie de muertes.
Su confinamiento le provocó un trauma que se agudizó cuando murieron los compañeros con los que compartía su vida, señala Camila Gen
tile, médico veterinaria del santuario, donde trabaja hace doce años.
“Son como los humanos, tienen depresión y esos traumas psicológicos son mucho más difíciles que los físicos, pero el de Cecilia es psicológico: la exposición, la depresión de vivir mucho tiempo sola... Y eso es más difícil de recuperar”, comenta.
Cumplida su primera semana en Sorocaba tras un viaje de dos días, que incluyó unos mil kilómetros en una furgoneta más un vuelo interminable, Cecilia ya “tiene varios candidatos de su especie”, desvela Ynterian, que le ayudarán a su readaptación cuando acabe los 40 días de aislamiento que marca la ley