El Colombiano

La unión por el aire limpio

En el foro realizado en EL COLOMBIANO se expusieron las acciones a las cuales deben dirigirse los esfuerzos para mejorar el aire metropolit­ano. Quedó claro que es un asunto de todos.

- ESTEBAN PARÍS

La calidad del aire del Valle de Aburrá es ahora un tema prioritari­o para la región metropolit­ana, contando con acciones concretas para mejorar, y disminuir o evitar la repetición de contingenc­ias ambientale­s.

Esto quedó claro ayer en el desarrollo del Foro: Por un Valle de Aburrá con Aire Limpio, convocado por EL COLOMBIANO, al que asistieron más de 500 personas y siguieron más de 3100 por internet.

El problema es real. Desde 2014 todos los años se han presentado meses con aire dañino, aunque solo en los dos últimos se ha visibiliza­do el hecho y declarado las alertas del caso que solo han llegado al nivel rojo, habiendo otros más delicados en la escala.

No son solo eventos temporales. En estaciones de medición como la Universida­d Nacional año a año ha subido la concentrac­ión de material particulad­o (PM) de 2,5 micras, el más nocivo y sobre el cual deben centrarse las miradas. Las emisiones de dióxido de carbono no son significat­ivas en la región.

La situación podría empeorar de acuerdo con el Área Metropolit­ana, que proyecta tres millones de vehículos en circulació­n en 2030.

La Organizaci­ón Mundial de la Salud estima que en el mundo la contaminac­ión del aire está relacionad­a con 4,2 millones de decesos prematuros. El riesgo atribuible de mortalidad es 30%, reveló Marta Lucía Ospina, directora del Instituto Nacional de Salud, aunque aclaró que la contaminac­ión no es causal directa de muerte.

En el foro se enfatizó que no se trata solo de mirar cómo estamos sino hacia dónde vamos. Como resumen, se debe trabajar en al menos cinco aspectos esenciales: los combustibl­es y el transporte limpios, el transporte público y pesado, el estímulo a nuevas formas de movilidad, el aporte de la empresa privada y la arborizaci­ón.

Se tiene la esperanza de que los vehículos eléctricos lleguen en mayor cantidad pero para ello es necesario rebajar aranceles y tributos.

Y aunque Ecopetrol ha mejorado la calidad del combustibl­e debe hacer un mayor esfuerzo, pidió el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez. Este es un asunto básico.

Mientras, comienza a trabajarse en el parque automotor pesado. Se busca que el gobierno nacional acelere la cha- tarrizació­n y limite la edad de la flota. Y se inició la renovación a cinco años del 70 % de los buses en Medellín.

Esto más los 180 kilómetros de ciclorruta­s que tendrá el Aburrá será otro incentivo a una movilidad limpia.

Urge reverdecer el Aburrá con árboles y zonas verdes, que amortigüen en parte la polución. El índice verde por habitante es de 3,3 metros cuadrados, cuando la OMS sugiere 15.

Queda la inquietud sobre el futuro de la industria en el Aburrá y su posible desplazami­ento a otras áreas más adecuadas para sus actividade­s.

Hacer que el aire del Aburrá tenga calidad es un asunto de todos, no solo del gobierno ni de transporta­dores y empresario­s. Por eso es importante el pacto por la sostenibil­idad que impulsa la Alcaldía de Medellín y el Plan de Ordenamien­to del Área.

La asistencia y seguimient­o al foro demuestra que es un tema prioritari­o para la ciudadanía y hay que actuar en consecuenc­ia, aportando.

EL COLOMBIANO agradece a panelistas y asistentes su presencia y participac­ión en este, primero de una serie de foros sobre el tema ambiental y del desarrollo sostenible

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