ALERTA ROJA DOBLE CARA
La alerta roja que ahora amenaza a Medellín y que hace varios meses nos vienen anunciando, se estaba pronunciando en los cuerpos de muchos de los habitantes de la ciudad. Y por si les parece poco los altos índices de contaminación en la ciudad dejaron como resultado la muerte de miles de personas, 3.000 al año para ser exactos.
Estos índices han hecho que nos comparen con Beijín, una de las ciudades más contaminadas del mundo, y aunque Medellín es una ciudad más pequeña y los números que arrojan los estudios de contaminación no parecen ser tan alarmantes para el mandatario de la ciudad, no podemos bajar la guardia, ¿o acaso sacaríamos a un bebé recién nacido, o a nuestros abuelitos a dar un paseo tranquilos?
Muchos esperamos que el alcalde de la ciudad Federi
co Gutiérrez, tome medidas, un pico y placa extendido, o un día sin carro (como mínimo), pero entra en juego la duda de si alguno de nosotros acató la medida voluntaria de dejar su carro a un lado el pasado 4 de abril, ( o si lo ha hecho alguna vez) para darle un respiro a la ciudad, o quizá ha recolectado las aguas lluvias para regar sus plantas. Somos doble cara porque la comodidad de la crítica siempre estará al lado de nuestro sillón.
La ciudad de la eterna primavera, la de los paisajes bonitos y las imponentes montañas aparecen y desa- parecen por días. Dejamos de vestirnos para un clima soleado porque por ocasiones confundimos las grandes nubes grises de contaminación que se posan sobre Medellín, con las que años atrás anunciaban las casuales lluvias. Y sí, cuando queremos salir al balcón y ver la hermosa ciudad que habitamos, de repente a los paisas nos viene una sensación de impotencia, esa palabra que debería desapare- cer de nuestro vocabulario, o por lo menos de nuestra mente en este caso, ya que la solución está al alcance de nuestras manos.
Es hora de dejar de esperar a que las cosas pasen, salir de la zona de confort y desempolvar esa bicicleta que tenemos en el cuarto útil. Es un llamado a que tomemos medidas preventivas y sacrifiquemos un poco de nuestra comodidad para pagarle a la ciudad por tantos abusos que hemos tenido durante tanto tiempo * Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.
Somos doble cara porque la comodidad de la crítica siempre estará al lado de nuestro sillón.