¿Ser santo?
“La canonización de los dos pastorcitos es un motivo para cuestionarnos sobre qué significa la santidad. Lo haremos desde una doble perspectiva: la tradición cristiana y a los ojos de una sociedad cada vez más secular. Comenzaré por aclarar que mi opinión es de alguien católico, creyente y practicante. Lo aclaro, so pena de no universalizar una cuestión que puede ser abordada según cada cultura, lugar, religión o filosofía de cada quien. Ahora, hecha esta salvedad, la Iglesia y en ella la tradición dominicana ha considerado que la santidad es la participación del ser humano en la vida de Dios Uno y Trino. Justamente ese vivir en Dios y la Santísima Trinidad nos es dado y por eso es llamado Gracia. Ahora, visto desde el otro lado de la moneda, en las sociedades al margen del cristianismo, el concepto de santidad ha sido reemplazado por el de “trascender”, por “existir eternamente en consonancia con el cosmos”, por “cultivar lo espiritual” o desde una óptica materialista se afirma que somos una estructura biológica de átomos. Eso sí, cualquier postura que aborde la santidad al margen de Jesucristo podrá ser llamada de cualquier forma menos cristiana. Aun así, la Iglesia, de manera especial en el Concilio Vaticano II en sus documentos Gaudiumetspes yLumenGentium, habla de los no cristianos que viven en gracia. Esta institución siempre ha creído que Dios se revela al hombre en su situación existencial, tema que aborda el jesuita Karl Rahner, y considera como cristianos anónimos a muchos que no han conocido y no conocen actualmente a Jesucristo. Se trata de personas con un profundo sentido de humanidad como Marco Aurelio en la Roma Imperial y considerado así por autores de la antigüedad cristiana o Gandhi, en la India colonial, quien murió por defender el valor y la dignidad de sus coterráneos. Entonces, podemos concluir que la santidad es la relación del ser humano con Dios en Jesucristo. Ante la creciente secularización, cabe decir que el verdadero sentido de la humanidad conlleva a la felicidad y, en otras palabras, la santidad es la felicidad de ser y vivir lo verdaderamente humano desde la gracia de Jesucristo que, como creador y juez, sabe darle a cada uno”.