APRENDIENDO A REPENTIZAR
María Paula Barrera, nadadora vallecaucana que sufre hemimelia bilateral tibial (ausencia de ligamentos y acortamiento de tibia y peroné), expresa que la primera vez que la lanzaron a una piscina, chapaleó tanto que parecía que se estuviera ahogando. Por eso, sus padres la inscribieron en natación y aprendió a repentizar mejor con su limitación, llevando a que el proceso mecánico del deporte se incorporara a su naturaleza y no se notara que sufre un problema físico en el agua. “La verdad que sí es incómodo, pero uno se acostumbra y logra dar pelea en la piscina”, relata la mejor paratleta del mes de marzo.