RECORRIDO La ciudad se movió por el desarrollo sostenible
En cinco sitios de Medellín, ayer se “pellizcó” a la gente sobre Objetivos de Desarrollo Sostenible al 2030.
Algo desacostumbrado por ser lunes hábil y haber tenido que dejar la corbata y su vestido formal en casa, para usar camisa corta, cachucha, bluyín y tula al hombro, con pinta más de paseo, el presidente de Proantioquia, Rafael Aubad López, dirigió ayer el Foro Móvil de la Semana Iberoamericana por la Sostenibilidad- Ciclo Siete.
Se trata de la tercera jornada de esta agenda sostenible. La gran diferencia es que no ocurrió en un auditorio, y Aubad se montó en uno de los turibuses. –Afortunadamente, no me tocó manejar, pero fue fantástico llamar la atención a toda la sociedad civil, sobre cómo puede aportar a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) –dijo, en referencia a las metas que planteó las Naciones Unidas al 2030.
El recorrido empezó a las 7:30 a.m. en el Museo del Agua (Parque de los Pies Descalzos). Había unas 30 personas, entre académicos, dirigentes, organizaciones no gubernamentales, sector público y privado, que escucharon de Aubad la gran pregunta: “¿Qué es lo que vamos a seguir haciendo entre todos, para cambiar las cosas y cumplir los ODS?”.
La inquietud caló en cada uno de los asistentes. Aunque
no salió el sol, el calor por el tema animó a todos los pasajeros. Hacer algo por el planeta, por la gente y por el desarrollo económico de Medellín, motivó trinos de los presentes sobre los objetivos de desarrollo sostenible (ver Radiografía).
El dirigente empresarial retrató en cada una de las cinco estaciones del recorrido avances en el territorio para ser más sostenibles, pero también de lo que hay por corregir. –A pesar de la alta inversión en educación, aún los resultados dejan mucho qué desear. Hay que revisar –sostuvo Aubad.
Cambio social
El Centro de Desarrollo Cultural de Moravia fue la primera parada. Se apreció la cultura y transformación social del barrio. Aubad pasó a ser asistente más para escuchar sobre la capacidad de este barrio para sobreponerse a la adversidad. De cómo la comunidad dejó atrás los altos niveles de violencia y pasó
de basurero a ser habitable.
Allí estaba presente Wendy, de 17 años, quien desde hace 11 acude a la biblioteca Raizal, en la comuna 3 del barrio Manrique. Al ver la experiencia de Moravia, reflexionó: “cuando tenía seis años de edad me involucré con el programa de bibliotecas comunitarias. He visto pasar a decenas de niños con tristezas y graves problemas, pero en este espacio han aprendido a enfrentar sus realidades, a punta de amor, amigos y con la lectura de por medio.
Wendy ahora estudia sicología en la Universidad Eafit, gracias a una beca. Pero junto a ella, también contó su historia Julisa (16 años), Camilo (11 años), Sofía (11 años), Juan Diego (12 años), quienes sueñan con ser profesionales. Este último aspira a ser un ingeniero mecatrónico que contribuya al cambio social en
su barrio, Villa Guadalupe, en el Nororiente de la ciudad.
Propiciar espacios educativos para ellos es labor de las fundaciones Ratón de Biblioteca y Familia, en los barrios Esperanza, Raizal y Villa Tina.
El recorrido continuó en el “morro”, antiguo basurero. En este lugar aún viven 152 familias, que esperan ser reasentadas próximamente, pero 11 madres cabeza de familia jardineras, asociadas en la Corporación Cojardicom. Ellas hablaron de las bondades de sus plantas ornamentales, medicinales, de infusión (orégano, romero) y hasta de las orquídeas que cultivan en el antiguo basurero. –Queremos hacer de este morro un patrimonio, para contarle al mundo la necesidad de educación ambiental. Lo diremos en español e inglés y para eso estamos estudiando –dijo Rosa, una de las voceras de la asociación.
Con ese testimonio, Aubad y sus acompañantes apreciaron el valor de la innovación social, de la importancia de construir memoria cultural, a partir de una educación que transforme.
Retos educativos
En otra de las paradas, se apreció el “grafitur” en las calles y las escaleras eléctricas de la Comuna 13. Por ejemplo, Aubad aprendió allí de los ODS sobre reducción de desigualdades y comunidades sostenibles. El recorrido finalizó en la sede de Telemedellín, en El Poblado, donde se revisó el objetivo acerca de la vida de los ecosistemas. –No podemos ser ilusos. Necesitamos infraestructura para la paz y alianzas de largo plazo, en que la sociedad civil y las instituciones participen activamente para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible –concluyó un Aubad, que espera más compromiso local con esa meta global