Una válvula amiga del ambiente
El invento del ingeniero colombiano Ricardo Aldana busca reducir las emisiones de Co2.
Un día viajando en la camioneta Nissan Patrol de su papá, Ricardo Aldana tuvo la idea de un invento que inició como herramienta para darle fuerza a los carros, que en los años 80 eran en su mayoría de carburador, pero que ahora en motores diésel y gasolina economiza combustible, reduce las emisiones de dióxido de carbono (C02) y apoya a la salud.
Su padre le dijo que la camioneta se quedaba sin fuerzas en la subida: se ahogaba. Ricardo, que por ese entonces estudiaba Ingeniería mecánica, se puso en la tarea de diseñar y fabricar un dispositivo que mejorara el rendimiento del carro en el momento en que se mezcla el aire y el combustible en el motor durante la arrancada.
Así nació su válvula ecológica, trabajo de grado con el que se convirtió en ingeniero mecánico de la Universidad de los Andes y de la que han habido hasta este momento cinco versiones, esta última (foto) por la que recibió su segunda patente de invención.
Funcionamiento
¿Qué hace el dispositivo actual? Su inventor indica que es una válvula que ajusta la mezcla entre aire y combustible para que cuando arranque el vehículo no bote tanto humo negro.
“Evita que todo el aire entre al motor directamente. El sensor de flujo de aire percibe menos aire, lo que le dice al computador del carro que merme la entrada de combustible a este y así cuando arranque el vehículo ese humo que sale, que es exceso de combustible, sea menos opaco y menos dañino para el medio ambiente”, explica el ingeniero mecánico.
Apoyo al medio ambiente
Según indica Ricardo, el dispositivo reduce en promedio un 20 % la opacidad del humo que expele el vehículo durante el arranque, ese hollín que sale en el momento donde el motor debe hacer su mayor esfuerzo.
La meta de Colombia es bajar en dos años 500 mil toneladas las emisiones de C02. Dice el ingeniero que si en el país unos 33 mil carros tuvieran la válvula sería posible bajar unas 28.000 toneladas, ayudando a reducir en un 10 % la meta nacional.
“Dos años duré en el proceso de patente que me fue entregada hace solo un mes. Es un invento colombiano que tiene un triple beneficio, ambiental, de salud y económico”, concluye el inventor