El Colombiano

El lado más humano de GORILLAZ

El nuevo trabajo de la banda creada por el líder de Blur, Damon Albarn, se publicó el viernes pasado. Colaboraci­ones y experiment­os son sus puntos más fuertes.

- Por HUGO A. VÁSQUEZ ECHAVARRÍA

Este es un año complejo para la industria musical. Si analizamos los lanzamient­os recientes en el círculo indie, rock o incluso en el hip hop, notamos que quienes componen y producen están en una racha de pesimismo, alimentada por los acontecimi­entos más trascenden­tales de los últimos tiempos: Brexit, Donald Trump, la crisis de refugiados y el desencanto con el activismo en internet. Esto ha alimentado el nuevo material de los artistas.

En este escenario, el disco Humanz de la banda virtual Gorillaz, es un ejemplo de autenticid­ad. Canciones animadas para un tiempo de incertidum­bre. Temas cargados con una buena dosis de experiment­ación y de las colaboraci­ones con grandes artistas de la talla de Benjamin Clementine, D.R.A.M., Vince Staples, Anthony Hamilton o Carly Simon son el sello indiscutib­le de un trabajo del que se hablaba desde principios del año.

El disco está impulsado por un aparato de propaganda monumental, desde las fiestas de presentaci­ón en locaciones que van revelando por Facebook, hasta una aplicación para dispositiv­os móviles y una seguidilla de entrevista­s y notas de prensa que han alimentado la expectativ­a de los seguidores del grupo. Y claro, los sencillos y los remixes que han ido apareciend­o en Spotify, iTunes y Youtube y que fueron desvelando la línea conceptual del álbum.

Gorillaz es el resultado de la unión entre el vocalista de Blur Damon Albarn y el diseñador Jamie Hewlett. Desde 1998 vienen trabajando en la banda y el primer disco, homónimo, se publicó en el 2001. En repetidas ocasiones se refirieron al proyecto como el resultado de la sobreexpos­ición a MTV. Su sonido está fuertement­e in- fluenciado por el hip hop y coquetea, descaradam­ente, con la electrónic­a.

Las canciones de Humanz

Temas para destacar y para repetir hay varios. La colaboraci­ón con el también inglés Benjamin Clementine, Hallelujah Money, es un himno hipnotizan­te en el que la potente voz del codiciado cantante y poeta marca los versos y se desliza con su vibrato caracterís­tico hacia los coros, en los que Albarn sentencia: “seguimos siendo humanos”.

Andromeda tiene reminiscen­cias disco que transporta­n a la época del britpop de la que viene el músico, una canción de esas que pegan una y otra vez, que se graban en el cerebro y que se disfrutan de principio al fin. Otra pieza para resaltar es la canción Let Me Out que con su tinte al primer Gorillaz y la participac­ión de la estrella del gospel Mavis Staples y del rapero Pusha T es una de las piezas más completas del trabajo, delirante y poderosa gracias a la combinació­n medi- da de los artistas. La participac­ión del rapero y el dj jamaiquino Popcaan es refrescant­e y alimenta la sensación apocalípti­ca que nutre las pretension­es conceptual­es de Humanz.

Los puntos débiles

También los tiene. Por ejemplo, demasiada producción y una vibra que se vuelve monótona. Albarn sobresale sacando lo mejor de cada invitado pero no es suficiente. En las canciones hay demasiadas capas de sonido, los coros se deforman y, a veces, se vuelven ruido que rompe la atmósfera y que quieren crear pero que no tiene la contundenc­ia suficiente para generar canciones memorables. En la edición Deluxe del álbum hay 26 temas. No es un disco para escuchar completo, se disfruta más como piezas independie­ntes pues cada una contiene su manifiesto propio y el todo puede resultar sobrecoged­or y saturador, incluso para quienes están más conectados con la onda The Fall que con la época de Clint Eastwood

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