Santos prepara los cambios del que sería su último gabinete
Varios ministros y altos funcionarios del Estado deshojan margaritas por estos días sobre su permanencia o no en el Gobierno. Esperan bendición para irse de campaña.
Personas cercanas al alto Gobierno, que piden reserva, dan por hecho que en próximos días saldrán los ministros del Interior, Juan Fernando Cristo; Trabajo, Clara López; Defensa, Luis Carlos Villegas; y ven posible el retiro de Simón Gaviria, director de Planeación Nacional, María Claudia Lacouture, ministra de Comercio; y Sergio Jaramillo, alto comisionado para la paz.
Un exministro del Gobierno Santos le dijo a este diario que Villegas se dedicaría de tiempo completo a la reconstrucción de Mocoa (Putumayo) y que la gestión de Lacouture “no convence” al presidente Juan Manuel Santos.
Excepto Jaramillo y Lacouture, los demás saldrían para enfocarse en la contienda electoral de 2018. De ser así, solo tendrían plazo de renunciar hasta el 27 de mayo, un año antes de la primera vuelta presidencial.
Frente a la eventual salida del comisionado de paz, el vicepresidente Óscar Naranjo sería quien asumiría las funciones que tuvo hasta ahora, al igual que las del actual ministro del Posconflicto, Rafael Pardo, en caso de ser el nuevo ministro de Trabajo.
Esto guardaría relación con el anuncio que hizo Naranjo hace dos semanas en EL COLOMBIANO: está en camino un decreto presidencial que lo facultará para tener control total sobre la implementación del acuerdo de paz.
¿Es otro revolcón?
Así las cosas, no es que venga un nuevo remezón en los altos cargos del Estado. Solo culminará el proceso que inició hace tres meses con la renuncia de Jorge Londoño como ministro de Justicia, del vicepresidente Germán Vargas Lleras; y de Jorge Enrique Vélez, superintendente de Notariado.
El primero, exsenador y exgobernador de Boyacá, liderará la lista de la Alianza Verde. El segundo dio un paso al costado para no inhabilitarse ante su probable aspiración presidencial, y el tercero preside el partido Cambio Radical.
Juan Carlos Gómez, docente de Comunicación Política de la U. de la Sabana, cree que más que un revolcón es un ajuste y una oportunidad para recomponer el camino, y además dice que en los cambios no habrá grandes sorpresas.
Según Carlos Arias, docente de la Maestría en Comuni- cación Política de la U. Externado, sí es un “revolcón” y se da por dos motivos: buscar un canje político para que el Gobierno mueva su agenda legislativa mediante la vía rápida ( fast track), y dejar libre a ministros que deben moverse hacia campañas electorales, como jefes de debate o movilizadores de la política regional.
Para Olga Illera, decana de Ciencia Política de la U. Jorge Tadeo, algunas renuncias también tienen que ver con mostrar más ejecución en la recta final. “Vemos a un presidente tratando de moverse en temas distintos a la paz, inaugurando obras y viajando por el país”, agregó (ver recuadros).
Fabián Acuña, docente de Política de la U. Javeriana, dice que esta salidas estaban proyectadas en el año preelectoral. “No es que sea producto de una crisis. Al final, las presidencias, cuando no hay reelección, van en declive. La popularidad de Santos sigue cayendo y las coaliciones ya no son tan fuertes en el Congreso. El fast track ha generado desgaste. La coalición fue una aplanadora, pero está fracturada”.
Puja en la Unidad Nacional
Para Liliana Gómez, docente de Comunicación Política de la U. Externado, esos cambios solo generarían riesgo a Santos, si hay una puja partidista: “seguramente, serán elegidos para mantener estable lo referente al acuerdo de paz”.
Andrés Felipe Bernal, de la Escuela de Gobierno de la U. Sergio Arboleda, afirma que los nuevos ministros deberán consolidar la implementación del acuerdo. “El problema es, que faltando tan poco, los compromisos sin pagar de la Unidad Nacional abundan y los partidos querrán obtener su tajada”.
Agregó que dejarían el gabinete Aurelio Iragorri (ministro de Agricultura), quien saldría a apoyar La U, y Elsa Noguera (ministra de Vivienda), para acompañar a Vargas Lleras. Sin embargo, fuentes del Palacio de Nariño, consultadas por este diario, descartaron estos movimientos