MÁS FÚTBOL, MENOS TECNOLOGÍA
El fútbol es un deporte tradicional que rara vez se ve sometido a cambios, y combinarlo con tecnología no parece la mejor alternativa.
Un árbitro de video podría caer en el dilema de determinar si un roce o contacto de un jugador con otro es en realidad malintencionado, ahí se da un uso de la tecnología, pero de todos modos, se remite a una decisión humana a través de una grabación, entonces no se estaría haciendo prácticamente nada.
Además, luchamos hoy en día por ser menos apegados a la tecnología, a no depender tanto y a no dejar que ella nos diga qué hacer, si el problema que se afronta en la actualidad es el uso excesivo de esta, ¿cómo se pretendería dar un ejemplo, desde el fútbol, a un desapego tecnológico?
El fútbol no promovería la honestidad y el juego limpio, ya que eso podría determinarse por medio de una grabación, mientras que si se sigue sin tecnología, los árbitros y espectadores podrían disponer su confianza en el jugador, así un futbolista carga con la responsabilidad de ser correcto y desde ahí estaría promoviendo una conducta deportiva y humana: algo más como no hacer esto porque está mal, a que no hacerlo porque se pueden dar cuenta.
La esencia de este deporte es su dinamicidad, algo que atrae a una gran cantidad de público, pero si cuenta con una tecnología total se haría menos vistoso. Una decisión arbitral por video se podría llevar varios minutos, haciendo de este juego una pausa constante como lo sucedido en el encuentro entre Atlético Nacional y Kashima Antlers. Orlando Berrío cometió una falta en el minuto 27 dentro del área sobre un jugador japonés, el árbitro no cobró penal pero le informaron por el intercomunicador que debía sancionarse, pasaron unos minutos de es- tar pausado el juego hasta que el Kashima anotó de penal al minuto 31, 4 minutos después de la infracción.
La tecnología no le ayuda mucho al fútbol. No debemos olvidar que es un deporte hecho por humanos y para humanos, que el error es válido y suprimirlo nos dista mucho de la condición humana. No se debe caer en el error de tecnologizarlo, más bien, se debe promover un juego limpio, una conducta deportiva y olvidar estos métodos
El fútbol no promovería el juego limpio, ya que podría determinarse por una grabación.
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