El Colombiano

100 DÍAS DE MIEDO

- Por JORGE RAMOS redaccion@elcolombia­no.com.co

para hacer los trabajos que nadie más quiere hacer. Todos los estadounid­enses somos cómplices de los indocument­ados. Vinieron a Estados Unidos por nosotros, nos beneficiam­os de su trabajo y miles de empresas los contratan.

No vinieron de paseo a Disneyland­ia. No han matado ni herido a nadie; no han robado, violado, traído drogas; y no los han detenido manejando en estado de ebriedad.

El miedo no anda en burro. Esa es una frase mexicana que se aplica perfectame­nte a las nuevas políticas migratoria­s del joven gobierno de Trump. Trump y su secretario de seguridad interna, John Ke

lly, dicen que se quieren concentrar en arrestar y deportar a los “badhombres”, es decir, El miedo se puede medir. Des- criminales y pandillero­s como de que Donald Trump llegó a los de la Mara Salvatruch­a. la Casa Blanca, ha arrestado a Pero la verdad es otra: están por lo menos 5.441 inmigran- agarrando al que se les cruce.

tes indocument­ados sin his- Las cifras no mienten. torial criminal, más del doble Trump arrestó a 21.362 indode los que deportó Barack cumentados del 20 de enero Obama en el mismo periodo al 13 de marzo de este año. En el año anterior, según reportó ese mismo periodo en el 2016, The Washington Post. Obama solo había deportado Aclaración: estas son per- a 16.104 personas. Este es un sonas cuyo único delito fue aumento del 32 %.

entrar a Estados Unidos ilegal- Además, Trump intentó mente. Nada más. Entraron prohibir la entrada a personas de seis países mayoritari­amente musulmanes y castigar a las ciudades santuario que protegen a los indocument­ados. Los jueces han bloqueado esas medidas pero el espíritu antiinmigr­ante de Trump está muy presente.

Por eso hay tanto miedo. Los primeros 100 días de Trump en la presidenci­a han sido marcados por el terror que ha generado entre los 11 millones de indocument­ados que viven en EE. UU., en su mayoría de origen latinoamer­icano.

Cada día hay nuevas razones para el temor: un “Dreamer” de 23 años de edad que llegó a EE. UU. cuando tenía 9 fue deportado recienteme­nte a México, un país que ni siquiera recuerda. Un padre en California fue arrestado mientras llevaba a su hija a la escuela. Una madre de dos hijos fue detenida en Arizona durante una cita con funcionari­os de la oficina del Servicio de Inmigració­n y Control de Aduanas. Ya nadie se siente seguro. Y ese es el gran cambio. Pero hay que ser honestos.

Barack Obama deportó a más de 2 millones y medio de indocument­ados, más que cualquier otro presidente. Entre los deportados hubo cientos de miles que tampoco tenían un historial criminal. La diferencia es que Oba- ma apoyaba una reforma migratoria y le dio protección legal a más de 750 mil Dreamers. Trump se opone a legalizar a indocument­ados y, aunque ha dicho que los Dreamers no tienen de qué preocupars­e, nadie sabe qué va a hacer.

Trump tiene un grave problema de credibilid­ad. Ha mentido tanto que su palabra vale muy poco. Pero lo que sí está claro es que ha criminaliz­ado y ha dado una imagen muy negativa a los inmigrante­s indocument­ados. De hecho lanzó su candidatur­a presidenci­al en junio de 2015 acusando, falsamente, a los inmigrante­s mexicanos de ser criminales, narcotrafi­cantes y violadores. La realidad es muy distinta. Menos de 300 mil indocument­ados han cometido un delito grave, según un reciente estudio del Migration Policy Institute. Esto es menos del 3 % de la población indocument­ada. En comparació­n, el 6 % de los estadounid­enses comete crímenes serios. Conclusión: los indocument­ados se comportan mejor que los estadounid­enses.

A pesar de esto, si la administra­ción Trump quiere concentrar sus arrestos en indocument­ados que realmente son criminales y peligrosos, nadie se va a oponer. Pero es muy importante aclarar que se trata de un grupo sumamente reducido y que no refleja a la mayoría de los extranjero­s que viven en EE. UU.

Trump abrió la caja de los prejuicios, y el resultado es el miedo. En más de 30 años en este país, nunca he visto un clima antiinmigr­ante tan nocivo. Lo políticame­nte incorrecto se ha vuelto aceptable en Trumplandi­a. Muchos confunden el ser sincero con ser abiertamen­te racista.

Hay muchas maneras de juzgar los primeros 100 días de Trump. Para mí y para muchos inmigrante­s, han sido 100 días de miedo. Y prepárense: Aún faltan más de 1.300

Los primeros 100 días de Trump en la presidenci­a han sido marcados por el terror que ha generado entre los 11 millones de indocument­ados que viven en EE. UU.

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