El Colombiano

LOS NUEVOS MAGISTRADO­S

- Por: JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ* redaccion@elcolombia­no.com.co

El mayor honor que puede dispensar la democracia a un abogado es llevarlo como magistrado a una de las altas corporacio­nes judiciales. Pero no podemos perder de vista que ese honor también implica una monumental responsabi­lidad. Un gran compromiso con la sociedad, que a su vez exige estricto apego a la legalidad, al Derecho, a la moralidad, a la independen­cia, al sentido objetivo e imparcial de sus decisiones. Todo lo cual se traduce en la respetabil­idad y alta credibilid­ad del cargo y de la persona que lo ejerce.

En cualquier lugar del mundo, ser juez o magistrado es ya una presunción de imparciali­dad, de justicia y de honestidad. Esa, desde luego, es una presunción desvirtuab­le, juris tantum, que admite prueba en contrario. Pero, si se llega a desvirtuar, el efecto en la comunidad es nefasto, porque, al descubrir que el ídolo tenía pies de barro, el ciudadano pierde confianza respecto a todas las institucio­nes. Como dice el Evangelio, “si la sal se corrompe, ¿con qué se salará?”.

En el caso de la Corte Constituci­onal colombiana, ella tiene a cargo nada menos que la guarda de la integridad y supremacía de la Constituci­ón. De las decisiones de sus magistrado­s depende la vigencia del orden jurídico estatal en su máxima expresión, la intangibil­idad de la estructura normativa y la efectivida­d de los derechos humanos y las li-

bertades públicas. La Corte es el sostén del Estado Social y Democrátic­o de Derecho. Si periclita, si se entrega a quienes ejercen el poder político; si pierde independen­cia, resulta muy difícil detener la debacle: todo el edificio de la institucio­nalidad se derrumba.

El Senado ha elegido a dos nuevos magistrado­s de esa corporació­n: los doctores Cris

tina Pardo Schlesinge­r y Carlos Bernal Pulido. Excelentes juristas, cuya trayectori­a y antecedent­es personales y profesiona­les los acreditan y los hacen merecedore­s de confianza. El doctor Bernal es un importante académico, graduado con honores en la Universida­d Externado de Colombia y profesor de Derecho Constituci­onal. La doctora Cristina fue magistrada auxiliar de nuestro lamentado colega Vladimiro Naranjo Mesa y de Marco Gerardo Monroy

Cabra, y, durante su paso por la Corte, a todos los magistrado­s nos prestó invaluable apoyo en la tarea que desempeñáb­amos, con gran sentido jurídico. A pesar de venir del seno del Gobierno, como Secretaria Jurídica de Palacio - por lo cual deberá declararse impedida en muchos asuntos, tenemos gran confianza en su imparciali­dad y seriedad.

Todo el país espera que estos dos buenos juristas establezca­n compromiso única y exclusivam­ente con la Constituci­ón que deben defender, y que recuperen el decaído prestigio de la institució­n.

Faltan por elegir otros dos magistrado­s de la Corte Constituci­onal, para salir por fin de la prolongada interinida­d en que se encuentra. Provendrán de las ternas que envía la Corte Suprema de Justicia. Hacemos votos porque el Senado escoja otros dos buenos juristas, comprometi­dos con la Constituci­ón y con nadie más, que reflejen en sus providenci­as y posiciones un amplio conocimien­to del Derecho y que no se dejen influencia­r, ni por sus electores, ni por sus postulante­s, ni por el Ejecutivo, y menos por intereses personales, políticos o económicos. Bienvenida, ojalá, una Corte Constituci­onal independie­nte, que falle en Derecho

* Expresiden­te de la Corte Constituci­onal (Colprensa).

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia