¡DESVERGÜENZA!
Se supo ayer, que el Paso a desnivel o deprimido de la Transversal Inferior (carrera 32) con la loma de Los Balsos (calle 9 sur) sufre más atrasos y sobrecostos, porque los trabajos solo se lograrán culminar el próximo mes de julio (cuando es lo cierto que ellos estaban proyectados para iniciarse el mes de marzo de 2014 y culminar dieciocho meses después); además, será necesario adicionar 1055 millones de pesos. Entre tanto, como si no sucediera nada, la página web de Fonvalmed le anuncia a la ciudadanía que la faena está ejecutada en un 99% y no se suministra ninguna información que dé cuenta de las muy desagradables noticias.
Eso sí, los mañosos contratistas que han intervenido en el planeamiento y ejecución de la obra y la dejaron tirada, disfrutan de la piñata otorgada por las pasadas administraciones, a la par que los residentes del sector y los usuarios de la Transversal Inferior soportan incomodidades y, como pacientes vecinos, pasan a engrosar el macabro lis- tado de posibles víctimas de la contaminación que vive la ciudad, porque este tipo de trabajos también genera daños para la salud humana, pues con ellos se emiten sustancias muy dañinas.
Al fin y al cabo, tal perjuicio resulta insignificante cuando se piensa en que esta urbe ve morir a miles de sus residentes cada año (unos tres mil) como producto de ese gravísimo mal; así lo demostró, a comienzos de abril de 2016, el estudio liderado por el epidemiólogo Elkin Martínez López de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, al señalar que ocho personas al día, esto es, una cada tres horas, fenece en la ciudad a causa de la descomposición del aire. ¡La capital, de manera lenta pero segura, se convierte en una tumba colectiva para millones de personas sin que a nadie le preocupe!
Como es natural, el actual Alcalde (quien no es el directo responsable de este descalabro, aunque debe asumir su cuota de compromiso por las erradas decisiones adoptadas) ha salido a pedir, de forma muy tardía, la intervención de los órganos de control. Ello, por supuesto, no va a suceder como tampoco ocurrió nada cuando, el 25 pasado de septiembre, desde esta misma columna (intitulada: “¡Esto huele muy feo!), se demandó la in- jerencia de esos entes encabezados por la propia Fiscalía General de la Nación para que, sin excepción, investigaran a servidores públicos y contratistas involucrados en el negociado, porque las hipótesis de peculado, celebración indebida de contratos, entre otras, estaban servidas para que se procediera de inmediato.
Sin embargo, como nueva muestra de que vivimos muy mal gobernados y nuestros dirigentes se comportan como enanos enfrente a los grandes retos del presente, a las demandas de la comunidad se responde de forma bastante insulsa. En efecto, según dijo ayer en este mismo medio el comunicador Camilo
Trujillo Villa (“Más atrasos y sobrecostos en la Inferior con los Balsos”), “la Administración Municipal enfatizó que los costos adicionales relacionados con la contratación de los estudios para conocer qué sucedió y la ejecución de las obras requeridas para corregir la falla técnica han sido asumidos por la Alcaldía”. Así las cosas, algo queda muy claro: para quien rige los destinos de la ciudad esos dineros pertenecen a un ente abstracto y no salen también como las infames contribuciones de valorización, que se han pagado de forma muy puntual del bolsillo de todos los pobladores. ¡Bonita manera de tranquilizar a los atropellados!
En fin, estos políticos que a ratos posan de sheriffs del lejano oeste (gracias a pintorescas cacerías de bandidos) cuando no, al mejor estilo fajardista, cada semana y con recursos públicos, se exhiben y hacen propaganda con exreinas de belleza en la televisión, nos notifican otra vez el mensaje que también cancelado con fondos oficiales se difunde por doquier con la tarea de arrullar a los incautos: ¡La “Alcaldía de Medellín cuenta con vos”!
Como nueva muestra de que vivimos muy mal gobernados, a las demandas de la comunidad se responde de forma bastante insulsa.