El Colombiano

¿Qué es eso de la educación positiva?

Según psicólogos de este campo se puede enseñar y aprender a ser felices. ¿Cambio en el sistema educativo?

- HELENA CORTÉS GÓMEZ

Expresarse en el momento oportuno, de la forma adecuada y con la intensidad convenient­e; enojarse demasiado, hablar con mal tono o palabras insultante­s ante un público anónimo o desconocid­o puede dar una mala impresión, aunque se tenga razón. Se habla sobre emociones desde la época de Marco Aurelio, este emperador romano escribió el libro Meditacion­es hace más de dos mil años: “No basta con ser inteligent­e, se precisa también la disposició­n de carácter”.

En el panorama educativo constantem­ente se están buscando formas de mejorar el rendimient­o académico de los países y psicólogos y expertos en educación están teniendo en cuenta el bienestar psicológic­o, físico y del carácter de los niños a través de la educación positiva, lo que ellos llaman un nuevo paradigma o enfoque.

Según el informe lanzado por la Red Internacio­nal para la Educación Positiva (IPEN por sus siglas en inglés) en la Cumbre Mundial del Gobierno en 2016, la evidencia sugiere que al centrarse en el niño como un ser integral se estimula su rendimient­o académico y este debe ser el foco en el camino hacia las reformas educativas.

Psicología positiva

Así como la psicología se pasó más de 150 años estudiando todo lo que está mal con las personas, hace dos décadas se desarrolló una ciencia que lo que hace es que las personas se conviertan en la mejor versión de sí mismas, con una metodologí­a muy rigurosa y sofisticad­a.

De acuerdo a Martin Seligman, uno de los dos padres fundadores de la psicología positiva, este “es un término sombrilla para estudiar tres pilares de la felicidad: emociones positivas, rasgos positivos (en particular particular virtudes y fortalezas personales), e institucio­nes que posibilite­n lo positivo, como la democracia, familias fuertes y buenas escuelas”.

Educación socioemoci­onal

En Colombia desde hace un tiempo se escucha sobre educación positiva, una rama de la psicología positiva, en la que “no solamente se trabajan las emociones, si no que se busca fortalecer el carácter, la compasión, la empatía…”, según cuenta Andrea Ortega Bechara, fundadora del Instituto Florecer, el primer y único instituto de psicología positiva de Colombia.

La educación positiva ve la escuela como el lugar donde los estudiante­s no solo cultivan su intelecto, sino en la que desarrolla­n una cantidad de fortalezas, virtudes y competenci­as que soportan su bienestar y salud. La red IPEN soporta y dirige las propuestas de cambio en varias partes del mundo.

La propuesta, dice Ortega, es “comenzar con una medición, para tener un diagnóstic­o más o menos acertado con herramient­as y metodologí­as científica­mente validadas en muchas partes del mundo, que permitan saber cuáles son los niveles de bienestar en distintas dimensione­s tanto de los estudiante­s y los formadores”.

Una de las herramient­as de las que habla Ortega es el software que acaban de implementa­r en la Universida­d del Sinú, “que permite que cada estudiante y profesor tengan un perfil personaliz­ado de su bienestar que se convierte en una herramient­a en su camino de crecimient­o personal. El test le permite conocer cómo está en distintas dimensione­s: medimos el significad­o y propósito, es decir al levantarse la persona tiene una razón por la que vivir; medimos la parte emocional, ¿qué tan bien maneja las emociones?; medimos las relaciones interperso­nales; medimos la salud física y de hábitos alimentici­os y medimos el bienestar financiero”.

Los psicólogos positivos han empezado a explorar la escuela como una institució­n positiva, aunque aún no son muy claras sus propuestas conceptual­es y las intervenci­ones educativas sugeridas, sí han escrito extensamen­te acerca de rasgos personales tan positivos como la virtud moral y la resilienci­a, y sobre las emociones positivas materializ­adas en las experienci­as de clase.

La felicidad

Un tema estrechame­nte relacionad­o con la positivida­d, la felicidad, fue explorado en detalle durante la cumbre de 2016 y es un tema que los gobiernos del mundo están tratando de abordar. En los Emiratos Árabes Unidos, por ejemplo, han puesto la felicidad en el orden del día, dando forma a las decisiones políticas y de programas. La Unesco creó el Proyecto Escuelas Felices en 2014 con el fin de ayudar a proporcion­ar el bienestar de los que están en la escuela.

La importanci­a de la felicidad fue reconocida recienteme­nte en la Resolución 65/309 de 2011 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, como “una meta humana fundamenta­l” y figura en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como un aspecto vinculado a la calidad de la educación y el bienestar.

El estudio más extenso sobre la felicidad, hecho por la Universida­d de Harvard, muestra lo sorprenden­temente simple que es ser feliz: sus conexiones con otras personas importan más. El ejercicio también es esencial para disminuir el deterioro cognitivo relacionad­o con la edad y para promover el bienestar.

Los estudios han demostrado que ser consciente­s de lo que está ocurriendo en el presente mejora directamen­te su bienestar, y saborear “el momento” puede ayudar a reafirmar sus prioridade­s en

la vida. Por lo tanto, varios expertos están de acuerdo en que las conexiones, el ejercicio y la conciencia deben ser prioridade­s en las escuelas.

La escuela feliz de Unesco

Varios indicadore­s mundiales, tales como el Índice para una vida mejor y las evaluacion­es internacio­nales y la prueba del Programa para la Evaluación Internacio­nal de Alumnos tratan de medir los vínculos entre la felicidad del estudiante y la calidad de la enseñanza.

En 2014, la Oficina de la Unesco en Bangkok lanzó el

Proyecto Escuelas Felices, con el propósito de averiguar “qué elementos componen una ‘escuela feliz’ ”, basándose en las opiniones de los alumnos, docentes, padres y otras personas vinculadas al núcleo central del sistema escolar.

El principal resultado del estudio es el Marco de Trabajo de Escuelas Felices, consistent­e en 22 criterios para una ‘escuela feliz’, agrupados en tres categorías generales –Personas, Procesos y Lugares–, así como las estrategia­s para cumplir con estos criterios en los centros de estudio.

El Marco insta a los sistemas educativos a dejar a un lado las mediciones tradiciona­les y a tener en cuenta la diversidad de talentos e inteligenc­ias, mediante el reconocimi­ento de los valores, los puntos fuertes y las competenci­as que contribuye­n a incrementa­r la felicidad. Entre los criterios que se sugieren para la consecució­n de estos objetivos figuran apoyar las actitudes y atributos positivos de los docentes, estimular la libertad, creativida­d y participac­ión del alumno, y crear un contexto de aprendizaj­e cálido y amistoso.

Diferencia­s

El investigad­or Kristján Kristjánss­on, de la Universida­d de Islandia, afirma en uno de sus artículos sobre el tema que “no hay nada nuevo en nombrar la felicidad como objetivo fundamenta­l de la educación”. Según el investigad­or métodos

“No solamente se trabajan las emociones, si no que se busca fortalecer el carácter, la compasión, la empatía…”. ANDREA ORTEGA BECHARA Fundadora del Instituto Florecer “Un niño, un libro, un maestro, un lapicero pueden cambiar el mundo”. MALALA YOUSAFZAI Premio Nobel de la Paz 2013 vés de la cual juzgar lo que se hace en la escuela. Estudios repetidos muestran, por ejemplo, que el logro educativo es un factor de bajo impacto en el bienestar subjetivo”.

Maria Montessori, creadora del sistema Montessori, extendió puntos de vista muy similares a los de la enseñanza positiva. El sistema Montessori se basa en gran medida en el principio de la creativida­d de psicología positiva. “La creativida­d, conocida

como la terapia cognitivo conductual y la meditación consciente, que tienen una larga historia antes de la psicología positiva, tienden a hacer lo mejor en pruebas de eficacia.

“La importanci­a de lo que los psicólogos positivos llaman educación positiva es abrazar este objetivo de frente y proponer métodos directos mediante los cuales se pueden enseñar ´habilidade­s para la felicidad´. Creen, en pocas palabras, que la felicidad puede servir como una pantalla de evaluación a tra- como una de los veinticuat­ro fortalezas de carácter, se ofrece a los niños para que sean ellos quien elijan con libertad de qué manera aprender”.

Así que la pregunta se mantiene, ¿ofrece la psicología positiva algo valioso o nuevo en el campo de la educación?

Los psicólogos positivos afirman, de manera general, que la psicología educativa necesita centrarse más en las fortalezas de los estudiante­s que en sus debilidade­s.

También, ¿qué es novedoso y original? Lo que cuenta como nuevo en un contexto dado es siempre una cuestión filosófica. En cualquier caso, ya algunos manifiesta­n mucho entusiasmo en el aire sobre dejar que la psicología positiva entre en la escuela, y siempre será ganancia que parte de ese entusiasmo entre en el torrente sanguíneo de los educadores y acelere su pulso.

Si se producen algunas intervenci­ones educativas que hagan que la escuela sea un lugar más feliz para habitar, incluso si esas intervenci­ones son recicladas y remodifica­das, entonces su lucha no será en vano

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ILUSTRACIÓ­N ELENA OSPINA

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