LA DEMOCRACIA DEL SIGLO 21
El modelo democrático es fascinante, su idea desde la concepción es la inclusión, sin embargo, no deja de ser utópico. La noción de que los individuos toman decisiones en términos racionales no es del todo cierta, en condiciones de inequidad, de extrema pobreza o hambruna, nuestros instintos básicos de supervivencia nos toman la mejor partida.
La inequidad en el mundo es evidente, Thomas Pi
ketty encontró que en los últimos 30 años el ingreso promedio del percentil inferior del 50 % de la población ha sido nulo a comparación con un incremento del 300 % para el 1 % del percentil superior de la población.
Ese percentil inferior no es más que la mayoría de nosotros, las clases populares, los campesinos, los renegados del modelo capitalista y la globalización. Ahí es donde la política de hoy ha encontrado un nicho para manipular y embestir a los ciudadanos, con promesas falsas, con retórica populista u otras modalidades que inclina la balanza y distorsionan el modelo democrático a costas de un progreso prometido.
Los ejemplos los vemos cada vez más en las elecciones del mundo, el referéndum de Inglaterra para salir- se de la Unión Europea; la llegada de Trump al poder debido a su discurso antiinmigratorio, las recientes elecciones de Francia y la retórica de Marine Le Pen por nombrarlos.
Es hora de repensar el modelo democrático, nuestros problemas como sociedad no desaparecerán en el corto plazo pero no por ello debemos estar sometidos a la voluntad de la politiquería que se aprovecha de ellos. Una forma de hacerlo es reduciendo la inequidad, el crecimiento sostenido y equitativo es el norte al cual le debemos de apuntar * Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opi
nión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.
El modelo democrático es fascinante, su idea desde la concepción es la inclusión, sin embargo, no deja de ser utópico.