EL ESPÍRITU
Religión no, espiritualidad sí. Expresión frecuente, que indica el interés de todos en la espiritualidad, aun sin saber de qué se trata. Me encanta el espíritu con que me acogen, me hablan, me escuchan, me sirven.
En todo hay espiritualidad. Robar, mentir y matar con espíritu es un gesto digno de admiración, no por la acción en sí, de suyo reprobable, sino por el espíritu con que es realizada.
Si actúo con espíritu, mi propósito tiene dos consecuencias, la primera, hacer el bien y no el mal, y la segunda, hacer bien lo que hago. Si actúo con espíritu, tengo un alto sentido de vocación, sobre la base de que vocación es voluntad de mejoramiento permanente.
El espíritu con que siento, pienso y actúo da un sentido profundamente humano a mi vida. Vida y espíritu van de la mano. Donde hay vida hay espíritu, donde hay espíritu hay vida. Vivir con espíritu es el secreto de una vida feliz.
San Juan de la Cruz afirma: “Donde no hay amor, ponga amor y sacará amor”. Eso puedo decir del espíritu: donde no hay espíritu, ponga espíritu y sacará espíritu.
Espíritu es gusto, estilo, donaire, destreza, habilidad, talante. Propósito deseable: caminar con espíritu, conducir con espíritu, hablar con espíritu, escuchar con espíritu. El espíritu es el distintivo de Dios y del hombre. Participo del Espíritu Divino en la medida en que vivo y actúo con espíritu.
De Dios decimos que es espíritu, hasta el punto de llamarlo Espíritu Santo. Y decir de un hombre que tiene espíritu es hacer de él el máximo elogio. Cuando san Agustín dice: “Ama y haz lo que quieras”, se refiere al espíritu con que el hombre debe vivir y actuar.
La persona que muere no se ausenta, cambia su forma de presencia, la del espíritu con que vivió. De cada ser querido que sigue aquí depende la intensidad de captación y cultivo del espíritu del que murió, es decir, del que acabó de nacer, que es resucitar. El poeta canta: “Sin irte, te has marchado de mí calladamente”, dejándome tu espíritu.
El espíritu está en todo, en especial en Jesús desde su nacimiento hasta su muerte, por lo cual el evangelista cuenta que al morir “entregó el espíritu” (Juan 19,30). Máximo gesto de generosidad.
Religión y espiritualidad son la misma cosa de distinto modo: mi relación de amor con Dios.
En la religión acentúo el punto de vista de Dios como relación, y en la espiritualidad el punto de vista de Dios como espíritu
Espíritu es gusto, estilo, donaire, destreza, habilidad, talante. Propósito deseable: caminar con espíritu, conducir con espíritu, hablar con espíritu, escuchar con espíritu. El espíritu es distintivo de Dios y del hombre.