SOMOS IDEAS EGOÍSTAS
El hombre tiene una naturaleza basada en el egoísmo. Y por esto digo que el hombre se defiende de él mismo.
Desde hace mucho tiempo, las condiciones mentales del hombre siempre han sido motivo de exaltación frente a todas las especies con las cuales compartimos territorio sintiéndonos superiores por nuestras capacidades de razón, designándole a la palabra humano un significado trascendental.
Sin embargo no considero la razón y la mera conciencia en el sentido más amplio del término como el carácter fundamental de nuestra humanidad.
Además, si estas capacidades de conciencia fueran lo que definiera la humanidad del hombre, este solo lo haría una contradicción y un sujeto de continuas involuciones. Esto es, porque el hombre, a través de la historia, ha presentado tanto progresos como retrocesos en todas las formas posibles. Desde que empezó el Homo Sapiens, la historia ha mostrado a un individuo cada vez más organizado político y social, que ha construido discursos e ideologías gracias a esa supuesta facultad humana de razón y conciencia.
Pero ¿qué pasó, entonces, con los principios de la Edad Media?, ¿por qué al haberse caído esta estructura de la antigüedad, no hizo uso de sus facultades humanas para volver a establecerse? El significado de ser humano no está en la conciencia ni en la razón solamente, sino que está en las construcciones de muchas experiencias e ideas que ha creado para refugiarse tanto de la naturaleza, ya que ahora no somos muy coherentes físicamente para la supervivencia, como de él mismo.
Y digo de él mismo no como un sujeto de la naturale- za, sino como un ser humano. Entonces aquí entra la cuestión, naturalmente, ¿qué somos? El hombre tiene una naturaleza basada en el egoísmo. Y por esto digo que el hombre se defiende de él mismo, porque su naturaleza, lo que lo caracteriza, lo que lo vuelve estrictamente humano, es ese concepto de egoísmo y esto perjudica la relación entre la especie.
No hay problema con las otras, puesto que el hombre se cree superior a todos, es egoísta en el concepto de que solo él es capaz de ser lo suficientemente racional como para estar en la cima de la naturaleza, incluso de ella misma, el problema entra cuando entre los mismos hombres también se impone el egoísmo.
Esto solo implica la necesidad de notarse entre los demás y los métodos para llegar a eso es lo que el mismo hombre teme de su especie, justo como decía Hobbes (1651), “el hombre es un lobo para el hombre”