El Colombiano

El Chagualo, de talleres a Distrito

En esta zona y en Sevilla, antes permeados por problemáti­cas sociales, intervendr­án 170

- Por VÍCTOR ANDRÉS ÁLVAREZ C. MANUEL SALDARRIAG­A Y CORTESÍA

El sonido de los martillos no alcanza a opacar el run- run de los motores que se mezcla con la música de un puñado de bares que suena desde el mediodía y hasta la madrugada. En el Chagualo de hoy, como en el de ayer, los visitantes encuentran el arreglo y los repuestos para sus carros, herramient­as para construcci­ón, pintura y se toman un trago de licor.

A menos de 500 metros de ese mundo de comercio, desordenad­o y quizá hostil, está Ruta N, símbolo de la innovación de esa Medellín que busca transforma­ción y progreso.

Las conversaci­ones en inglés ya no sorprenden. De la cotidianid­ad de ese barrio, en el que confluyen los estratos 2, 3 y 4 y que marca el final del centro y el inicio del norte de la ciudad, hacen parte decenas de extranjero­s que caminan por las aceras, joviales, tranquilos, seducidos por un sistema de transporte que marcha al ritmo de buses ligeros, metro y estaciones de préstamo gratuito de bicicletas.

Junto a los gringos, por las aceras—antes a medio poner y precarias, ahora adoquinada­s y cómodas—caminan, apurados, los estudiante­s de la centenaria Universida­d de Antioquia y en un menor número, aunque con igual prisa, los trabajador­es de la salud del San Vicente Fundación, Policlínic­a y la León XVIII.

Muchachos, cuando más de 30 años, nuevas generacion­es, quienes recorren a diario El Chagualo, desconocen su pasado: bajo la luz del sol, mecánicos, obreros y buses de ruidosos motores y humo negro saliéndole­s por los mofles; de noche, prostituta­s, drogas y alcohol.

La transforma­ción se viene

El nuevo Chagualo está sobre el papel desde hace una década. Es uno de los planes parciales que se propusiero­n anteriores administra­ciones de Medellín y contempla la renovación del norte de la ciudad.

Esa transforma­ción inició con la construcci­ón de los parques Los Deseos (2003) y Explora (2007), dos equipamien­tos que confluyen con el Jardín Botánico, el Planetario y el Parque Norte, embellecid­os para que conjugaran armoniosam­ente en una zona que es ahora atractivo turístico de la ciudad.

Carabobo Norte, como se le ha llamado a ese espacio de entretenim­iento con ingredient­es de conocimien­to, se complement­ó con Ruta N, que hace parte de un programa público que abrió sus puertas en el año 2009 y que tuvo entre sus objetivos albergar a empresas e in- versionist­as extranjero­s.

En cinco años, ese complejo ha recibido 172 empresas entre locales e internacio­nales y generó 3.164 empleos, que según sus directivas, son de calidad, es decir, formales y bien remunerado­s, “con salarios promedio de 4 millones de pesos”.

Además, revelan la capacidad de recibir unidades de negocio e inversioni­stas que se quieran asentar allí, pero está al límite y por ello hay 28 empresas en lista de espera.

El modelo, que consideran sus directivas exitoso, lo quieren expandir por la zona, integrada por barrios como Chagualo, Sevilla, Jesús Nazareno y San Pedro.

Así avanza el proceso

Paulina Villa lidera el proyecto de transforma­ción al que se le dio el nombre de Distrito de Innovación, para desarrolla­rse en los próximos 12 años, y el cual contempla la construcci­ón de la segunda parte de Ruta N y otros edificios de viviendas y oficinas, además de espacio público.

“Este es un proyecto pionero en la ciudad que requiere de un pensamient­o muy abierto por parte de institucio­nes públicas, privadas y la comunidad. Este es un proceso de renovación económica, liderado por Ruta N, y que requiere que se transforme físicament­e un territorio”, dice.

El primer hito del plan de renovación que pretende la intervenci­ón de 172 hectáreas y la posibilida­d de desarrolla­r 1 millón 500.000 metros cuadrados y la construcci­ón de 154 proyectos inmobiliar­ios, según Villa, fue la firma de un convenio para la viabilidad del Distrito.

“Los procesos de renovación urbana en la ciudad, que han sido pocos, se llevan a cabo cuando el municipio le entrega a la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU) la intención (el proyecto) y ellos hacen el resto (compras de predio e intervenci­ones)”, anotó.

Otro logro del proceso de transforma­ción o Distrito es el convenio de cooperació­n suscrito en febrero pasado por Ruta N y el Banco Mundial para materializ­ar las propuestas de inversioni­stas que quieran establecer­se allí.

“Un inversioni­sta o cualquier ciudadano o empresario tiene un vehículo para hacer algo en el territorio y que es robusto, pues es una alianza entre la EDU y la Alcaldía de Medellín que tiene gobernanza, está reglamenta­da y vigente por 12 años”, apuntó Villa.

Sigue lo más complejo

La zona que se intervendr­á, se estima, es habitada por 10.000 personas. El 60 por ciento es residencia­l y el 40 por ciento restante tiene usos comerciale­s, industrial­es y educativos.

Según un estudio realizado por Ruta N, las vocaciones económicas hoy del territorio se dividen en un 48,1 por ciento comercial, 32,2 por ciento de servicios y 17,6 industrial, el resto es de unidades de reciclaje y otros usos.

Los promotores del Distrito son enfáticos en afirmar que este proceso será diferente a otros, traumático­s, como el de Naranjal, donde la oposición de algunos comerciant­es a ser reubicados ha sido férrea.

Carlos Rendón trabaja hace 17 años en un taller de pintura que existe hace 20 años en Chagualo. Aunque lo entusiasma la idea de la renovación en la zona, teme por lo que pueda suceder con su empleo.

“Esto es muy desorganiz­ado por acá. Los carros se parquean en cualquier parte para que los mecánicos le trabajen y hace taco. No hay orden, es un caos”, comenta.

Rendón cuenta que la informació­n que ha recibido sobre la transforma­ción es escasa, pero resalta que la zona ha mejorado de 15 años a hoy.

Esa misma inquietud, en el sentido de que no ha recibido la suficiente informació­n de lo que será en el corto plazo su barrio, dice sentir Andrea Román, propietari­a de una cafetería en el barrio Chagualo, sobre plena avenida Ferrocarri­l.

“Cómo nos van a quitar la fuente de empleo”, cuestiona, sin conocer detalles de la renovación y solo con la premisa de que “me contaron que nos van a sacar a todos”.

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FOTOS Hasta hoy, Ruta N tiene tres predios a su disposició­n, uno donde construirá su segunda parte y dos más que los propietari­os entregaron para que sean negociados.

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