El Colombiano

Jóvenes que lideren el país

Iniciamos este domingo una trilogía editorial para llamar la atención sobre la importanci­a que tiene para el futuro de Antioquia y del país estimular y promover el liderazgo entre los jóvenes.

- ESTEBAN PARÍS

Ellos tienen la energía, la audacia, la frescura y el talento para transforma­r la realidad de una ciudad, una región y un país convulsion­ados, de enormes contradicc­iones y desajustes sociales, políticos y económicos. Les ha tocado nacer y crecer en esta Colombia al filo de transicion­es y cambios decisivos. Una ciudadanía de polaridade­s chispeante­s frente a asuntos transversa­les de la democracia: la paz, la participac­ión, la inclusión, los derechos humanos y la justicia.

Por eso es momento de proponerse la apertura de espacios y condicione­s para levantar una juventud de conciencia profunda acerca de los roles que le correspond­en y de las responsabi­lidades que tiene frente a esa nación cruzada por tantas incertidum­bres como proyectos. Muchachos que sean capaces de maniobrar el timón que orientará la marcha de Colombia en el primer cuarto de este siglo.

El paso inicial, para tener alguna oportunida­d de gestar líderes capaces de trabajar por sus pares y de gerenciar nuestro presente y futuro, es crearles un entorno de garantías, herramient­as y desarrollo de sus talentos y personalid­ades. Un sistema de libertades, derechos y deberes. Un ambiente cultural que promueva mentalida- des amplias para las relaciones con un mundo que cada vez rompe más las barreras tecnológic­as e idiomática­s.

Ese entorno, de seguridad social, de oportunida­des económicas, puede crearlo un Estado eficiente, robusto y dinámico que engendre individuos no solo competitiv­os sino auténticos y dispuestos a compartir conocimien­tos y habilidade­s. Con capacidad de escu- char, de interactua­r y de esforzarse por los demás. Rodeados por una sociedad que les permita participar y expresarse.

La situación actual de amenaza a los niños y adolescent­es colombiano­s, la vulneració­n de sus derechos incluso a niveles degradante­s de la condición humana, con abusos sexuales y de su integridad, con falta de alimentos y educación y en contextos de delincuenc­ia y violencia en los que son instrument­alizados para la ilegalidad, son algunos de los problemas y retos que debe asumir la institucio­nalidad para que no se desperdici­en y malformen esos liderazgos juveniles.

La protección permanente del Estado a los menores en sus nichos familiares, escolares y sociales es esencial para levantar generacion­es con las “cualidades deseables” para romper cadenas y fenómenos ligados a la violencia y la criminalid­ad en todo nivel.

Hoy algunos colegios, universida­des y programas públicos y privados del país han abierto canales de intercambi­o permanente con otras institucio­nes del mundo para sacar a nuestros muchachos de la estrechez mental de otros tiempos y de ciertas marginalid­ades contemporá­neas.

De las diferentes recetas disponible­s, citamos algunos ingredient­es clave para “cocinar” un nuevo liderazgo juvenil: pensamient­o crítico, buena comunicaci­ón, responsabi­lidad social, conciencia ambiental, multicultu­ralidad, objetivos y metas claros de mediano y largo plazo, capacidad de escucha, trabajo en equipo y formación de saber (académica y técnica).

Estas líneas editoriale­s apenas son una aproximaci­ón y un estímulo, no una palabra sentada, sobre el deber ser de ese liderazgo. El interés es invitar a que la institucio­nalidad en su conjunto reaccione ante la necesidad de renovar la formación de jóvenes autónomos y comprometi­dos con el país.

Muchachos que reciban los retos del futuro “con los brazos abiertos”, en una Colombia llena de oportunida­des, pero también de amenazas

 ?? ILUSTRACIÓ­N ??
ILUSTRACIÓ­N

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia