LAS ANSIAS DE PODER
Consecuentemente, el poder en el contexto perverso anti colectivo es sinónimo de división. En un sentido del ser, dicho poder se encuentra en un extremo opuesto, ya que lo humano se ocupa primordialmente del beneficio social y colectivo, y el poder en ese contexto solo intenta satisfacer los intereses de unos pocos. Se tiene bastante claro que las relaciones establecidas entre los seres humanos hasta ahora no han llegado a ser suficientes para lograr una humanización plena.
Se busca por encima del ser, un poder absoluto que se presenta como factor benéfico en la parte individual o de un grupo minoritario y se contrapone al beneficio de lo colectivo y lo social que establece el humanismo, no olvidando que estas adversidades cada día para bien o mal distinguen al hombre como ser humano.
Las ansias de poder presentes en la humanidad son una característica más que nos determinan como seres humanos ligados con la ambición y un toque de egoísmo. Su enfoque o sentido humanístico-social se precisa en el momento que emitimos dicho poder en un beneficio colectivo, y comprendiendo a consciencia verdadera que, si bien el poder está arraigado al ser de cada uno, este puede redireccionarse y reinventarse cuantas veces quiera para cumplir con un objetivo deseado, desde luego con la presencia y permanente uso de un sentido críticoreflexivo que proponga el poder desde la ganancia individual pero articulada con la colectiva.
¿Por qué nos desconectamos de lo humano para apropiarnos del poder?; asociándolo desde un sentido lógico, este cumple la función ciertamente de convocar a la sociedad para un objetivo específico, así pues, que no es decisivo si el poder tiene su centro desde lo perverso o lo bondadoso, sino el dominio que este ejerce para congregar a la humanidad.
El poder bien o mal no divide, sino que convoca. Lo humano desde luego abarca el poder en esa dualidad porque es inherente en cada persona; es decir, que lo humano puede comprender el poder desde ambas perspectivas (buena y mala).
No es menos humano quien ejerce el poder de forma negativa, pues actúa siguiendo su orientación; así mismo, quien lo enfoca de manera bondadosa posee su propia perspectiva, solo que ambos fueron encaminados a fines contrarios…
El poder bien o mal no divide sino que convoca. Lo humano abarca el poder en esa dualidad.